Por: Jesús Guerrero, Emiliano Tizapa y Arturo de Dios Palma
Poco después de las 8 de la noche del 20 de junio, el delegado de Gobernación del gobierno de Guerrero en la región de la Montaña, Jorge Rodríguez arribó al entronque que conduce a la comunidad de La Guadalupe, en Malinaltepec.
Recibió de sus jefes una orden determinante: negociar la liberación del alcalde de Malinaltepec, Acasio Flores Guerrero del que se sabía estaba retenido junto con varios de funcionarios desde la tarde.
El edil y su comitiva llegaron a esa zona de conflicto agrario de los Bienes Comunales de Alacatlatzala desde la mañana para inaugurar obras en las comunidades de Monte de Olivo, Santa Cruz y La Guadalupe.
Jorge Rodríguez notó a su llegada que había soldados de la Guardia Nacional y del Ejército pero que estaban varados en el entronque. El acceso a La Guadalupe estaba bloqueado con piedras que colocaron los pobladores.
El funcionario de Gobernación estatal pudo observar, pese a la oscuridad, que en algunos cerros había gente que portaba armas de fuego.
En ese escenario, dice el funcionario, era imposible ingresar al pueblo, pese a que estaba acompañado por las fuerzas de seguridad.
El delegado de la comunidad de La Guadalupe, Pedro Alejandro quien le contó a Jorge Rodríguez gran parte de lo que ocurrió ese día, dejó de comunicarse y hasta este 30 de junio, no sabe nada de él.
Pedro Alejandro posiblemente es uno de los testigos presenciales que sabe con pelos y señas cómo ocurrió el asesinado del alcalde y quienes son los responsables.
A las 8:59 de la noche del 20 de junio, el subsecretario de Asuntos Políticos y Sociales de la Secretaría General de Gobierno, Francisco Rodríguez Cisneros empezó a tejer una mentira de lo que en realidad estaba pasando en La Guadalupe.
“El alcalde no fue golpeado, solo personal de su avanzada”, respondió Francisco Rodríguez en un mensaje de texto.
A las 4 de la tarde del 20 de junio, Deyanira Bernabé Arzate, le hizo una llamada telefónica al alcalde de San Luis Acatlán, Adair Hernández Martínez.
La voz de la cónyuge del edil de Malinaltepec se escuchaba con angustia porque a esa hora los cuatro funcionarios municipales que acompañaban a Acasio Flores y que fueron liberados tras recibir una golpiza por parte del grupo armado le habían contado gran parte de lo que había sucedido.
“Dígale a la gobernadora (Evelyn Salgado) que mande a la Guardia Nacional porque a mi esposo lo tienen retenido y está golpeado”, le dijo Deyanira Bernabé a Adair Hernández.
Los funcionarios municipales le dijeron a Deyanira que estaban en los preparativos para inaugurar una calle pavimentada en La Guadalupe cuando llegaron hombres armados encapuchados y se fueron contra ellos y el edil.”A ellos (a los cuatro funcionarios) los encerraron en un cuarto en donde los golpearon y a mi esposo en otro; después (los encapuchados) los soltaron y cuando se retiraban escucharon un disparo de arma de fuego”, narró Deyanira.
Por la misma versión que el jueves 20 de junio le contó el alcalde de San Luis Acatlán, Adair Hernández a Francisco Rodríguez éste ya sabía que el alcalde seguía retenido y que en La Guadalupe estaban ocurriendo hechos graves.
En la comunicación vía telefónica que tuvo desde el 20 de junio Deyanira con Francisco Rodríguez éste le aseguró que enviados del gobierno estatal estaban ya en La Guadalupe negociando con los captores de su esposo para liberarlo.
Francisco Rodríguez le mintió a la hoy viuda. El alcalde Acasio Flores, ya había sido asesinado desde la tarde de ese día.
El 21 de junio en la mañana, los hombres armados que estaban parapetados en los cerros del entronque hacia la comunidad ya se habían retirado y el delegado de Gobernación estatal, Jorge Rodríguez, Ejército y Guardia Nacional lograron entrar a La Guadalupe.
Las calles del pueblo estaban desiertas, la gente encerrada en sus casas y el delegado Pedro Guadalupe puso pies en polvorosa.
El hermetismo de los pobladores provocó las sospechas de que al alcalde le habría ocurrido algo grave.
Durante todo el día y parte de la tarde, el gobierno de Evelyn Salgado seguía jugando con los sentimientos de los familiares del edil.
La noche del 20 de junio, mientras Francisco Rodríguez seguía con el engaño, el comisariado de Bienes Comunales de Alacatlatzala, Zenaido Cano Galindo, envió a los reporteros un comunicado en el que aseguró que el alcalde Acasio Flores había sido “privado de la vida” tras un forcejeo que tuvo con unas personas de la comunidad de La Guadalupe.
Esta misma versión la reiteró Zenaido Cano el 21 de junio cuando el gobierno de Evelyn Salgado seguían sin dar pie con bola.
A las 5 de la tarde del viernes 21 de junio, el gobierno estatal siguió mintiendo más al publicar un comunicado en el que reconoce la retención del alcalde de Malinaltepec pero que el titular de la Secretaría para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Abel Bruno Arriaga, en compañía de elementos de la Guardia Nacional y de la Comisión Estatal de Derechos Humanos estaban en la comunidad de La Guadalupe para establecer el diálogo con los inconformes y liberar al edil.
El mismo viernes 21 en la tarde, el periódico El Sur, publicó en su portal confirmando el asesinato del alcalde de Malinaltepec registrada desde un día antes.
Después de las 8 de noche del 21 de junio, Abel Bruno Arriaga, ex alcalde de Malinaltepec, Jorge Rodríguez, Abel Barrera, Vidulfo Rosales Sierra, director general y asesor del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, respectivamente acompañados por el Ejército, GN y personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) entraron a la comunidad de La Guadalupe para iniciar la búsqueda del alcalde.
Autoridades estatales solicitaron al activista Abel Barrera su intervención para que mediara con los pobladores y dejaran en libertad al alcalde.
Dos horas después, justo cuando llegó Francisco Rodríguez con un numeroso grupo de escoltas, fue hallado el cadáver del alcalde recargado en el asiento del copiloto de su camioneta abandonada en la carretera Tlapa-Marquelia, cerca del pueblo de La Guadalupe.
El edil tenía un balazo en la cabeza.
El móvil del asesinato del edil, a 11 días es un misterio. La FGE, como ya hizo su costumbre, ha guardado un profundo silencio.
La versión de que uno de los ejecutores del edil le gritó: “por qué mataste a mi papá” da entender de que fue un asunto por venganza personal derivado del enfrentamiento armado en noviembre del 2020 que se registró entre comuneros de Alacatlatzala con sus pares de Malinaltepec que dejó un saldo de tres muertos y cinco heridos.
Los fallecidos y heridos eran vecinos de Alacatlatzala y sus anexos, entre ellos La Guadalupe. En ese entonces el comisariado de Bienes Comunales de Malinaltepec, era el edil, Acasio Flores.
Sin embargo, no es un versión acabada.
Otra versión es de que desde hace meses, antes de las elecciones del pasado 2 de junio, jóvenes de esta zona que por falta de empleos en sus comunidades se fueron a Acapulco para trabajar pero algunos de ellos se enrolaron en una organización criminal.
Ese grupo de pistoleros que ya están en las filas de una organización criminal han tenido encargos de ejecutar a personajes que le hacen estorbo a varios políticos de esa región.
Y es el modus operandi con que actuaron los asesinos del alcalde es parecido a lo que hacen los que están enrolados en las organizaciones criminales. De acuerdo a una radiografía criminal que tiene el gobierno estatal, en los 19 municipios de la Montaña es controlada por Los Ardillos y Los Rojos.
Abel Barrera Hernández dice que estas organizaciones criminales tienen pactos con las autoridades de los municipios de esta zona, controlan el cobro de los productos básicos y el servicio de transporte público, pero además quieren darle entrada, creando el terror en la ciudadanía, a las empresas mineras.
Pero el asesinato del alcalde de Malinaltepec, reflejó una vez más la omisión y la negligencia en el que actúa el gobierno de la morenista Evelyn Salgado Pineda.
Las autoridades estatales no previenen, no actúan y no hacen justicia. En Guerrero, como en los viejos tiempos de los gobiernos del PRI y el PRD, impera la impunidad y la corrupción.
Pero el caso de Acasio Flores no es el único que ha ocurrido en la Montaña en las últimas tres semanas.
La tarde del 14 de junio, en la comunidad de Loma Bonita, un grupo armado asesinó en una emboscada a Felipe Ortiz Díaz, hijo del ex alcalde perredista de Metlatónoc, Felipe Ortiz Montealegre.
Los pobladores de Loma Bonita y comunidades aledañas se organizaron y lograron detener a tres de los presuntos asesinos.
Autoridades del ayuntamiento de Metlatónoc hablaron a la Fiscalía Regional de Tlapa y a las oficinas de la Secretaría General de Gobierno en Chilpancingo para que personal de seguridad acudieran a la zona para convencer a los pobladores que dejaran en libertad a los tres detenidos.
Un funcionario de la FGE de Tlapa, de plano contestó a un funcionario de Metlatónoc que no podían subir porque tenían miedo de que también ellos fueran detenidos por los enardecidos pobladores.
Ninguna autoridad llegó a Loma Bonita para rescatar a los tres detenidos, y estos luego de ser interrogados, la población los asesinó a pedradas y a golpes. Así, ante la inacción del gobierno de Evelyn Salgado, la gente se hace justicia por propia mano.
CHIRRIONAZO.
Este lunes 1 de julio, el cacique y mandamás del gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, inicia su programa en Facebook “la Hora del Toro” que no es otra cosa que una “mafufada” para iniciar su propaganda electoral con miras a las elecciones para la gubernatura del 2027.
En el arranque de su programa estará como invitada especial su hija, la gobernadora Evelyn Salgado quien en vez de dar la cara a la población de Guerrero de los problemas que vive, se une a las “payasadas” que hace su papá.
Seguramente en los siguientes programas, Félix tendrá como principales participantes a toda su familia cantando o haciendo chistes. ¡Qué patético es el gobierno de los Salgado!