Bertoldo Pantaleón: párroco asesinado "no tenía chofer"

 

Jesús Guerrero 

Foto: Oscar Guerrero

 Durante el adiós al párroco Bertoldo Pantaleón Estrada surge la duda entre los feligreses de la versión que por la mañana el secretario de Seguridad y Protección Ciudada, Omar García Harfuch, lanzó en la conferencia matutina presidencial de que al sacerdote lo habría asesinado su chofer, pero quienes lo cononcían, nadie recuerda que tuviera uno.

Son pocos pobladores después de las ocho de la mañana, el ambiente es fresco. Dentro de la iglesia San Cristóbal están los feligreses y frente a ellos el féretro con los restos del sacerdote quien todavía les ofició la última misa el viernes 3 de octubre.

En el patio de la parroquia se activó un teléfono celular en el que se escucha la voz de Omar García Harfuch durante la conferencia mañanera desde la Ciudad de México y en la que da a conocer la hipótesis de la Fiscalía de Guerrero, que apunta a que el chofer del párroco Bertoldo lo habría asesinado y quien se encuentra prófugo.

 

“No, no tenía chofer, andaba siempre solo en su camioneta y a veces era acompañado por algunas religiosas”, dice una mujer que según ella conocía de cerca al sacerdote.

Otra mujer que estaba en la misa de despedida de Bertoldo dijo: quien lo mató seguro fue una persona que le metió el diablo”.

“No, no lo conocía (el chofer de Bertoldo)”, dijo el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández.

El sacerdote Bertoldo fue hallado muerto a balazos en una camioneta Toyota tipo RAV4 blanca que fue abandonada en una brecha del carril norte-sur de la carretera federal entre los lugares conocidos como Platanillo y Milpillas a seis kilómetros de distancia de Mezcala.




El sábado 4 de octubre el padre Bertoldo salió de Mezcala rumbo a Atzcala, comunidad vecina que está a una distancia de 20 minutos.

Para llegar a Atzcala se entra por la comunidad de Valerio Trujano, del municipio de Tepecuacuilco. Son 10 kilómetros que se viaja en una carretera amplia pero que es de terracería y que continuamente le da mantenimiento la empresa minera canadiense “Media Luna” que está asentada en esta zona de Cocula desde hace nueve años explotando yacimientos de oro y plata.

Un grupo de supuestos policías comunitarios armados con rifles 22 durante el día y en la noche con fusiles Ak-47, vigilan la entrada de Atzcala. Son hombres armados que pertenecen al grupo criminal de “Los Tlacos” y de acuerdo a versiones de los habitantes de esta zona del Alto Balsas, le brindan protección a la minera “Media Luna” a cambio de una cuota.

En el 2016 cuando “Media Luna” comenzaba con sus operaciones enfrentó las protestas de los pobladores dejando un saldo de varios heridos y los asesinatos de los líderes del movimiento, los hermanos Víctor y Marcelino Sahuanitla.




Por esta zona transitó el sacerdote Pantaleón a bordo de su camioneta el sábado 4 de octubre.

“Fue (Bertoldo Pantaleón) a oficiar una misa a la 1 de la tarde, la terminó y se salió de la iglesia como es así siempre”, dijo el obispo José de Jesús González Hernández.

El domingo 5 de octubre, los feligreses de Mezcala acuden habitualmente a la misa en la parroquia de San Cristóbal, ubicada en la calle Emiliano Zapata, en el centro de esta localidad.

Desde hace ocho años, Bertoldo Pantaleón oficiaba las misas y encabezaba otras actividades pastorales aquí y en las comunidades vecinas.

Pero este domingo, el párroco no apareció en la iglesia. La noticia de que no se sabía nada de Bertoldo corrió como reguero de pólvora en el pueblo.

Ese mismo día la ciudadanía se organizó para realizar la búsqueda del sacerdote.

Los pobladores de Mezcala ya tienen experiencia en rastrear a desaparecidos.




En julio de 2023, los pescadores de esta comunidad Juan Carlos Catalán Silva, Guadalupe Bautista Astudillo, Ángel Cabrera Ávalos, su hijo Ensauly Cabrera García y un menor de edad salieron en sus lanchas a pescar en el río Mezcala y no regresaron.

La búsqueda por tierra y río duró varios días, pero los delincuentes solo regresaron al adolescente. Los otros cuatro pescadores siguen desaparecidos.

“Con todo corazón le doy las gracias a la población que fue a buscarlo (al sacerdote Bertoldo) y eso me demuestra que la gente de aquí lo quería mucho”, dijo una mujer que se identificó como familiar del sacerdote al término de la misa de despedida.

El féretro de madera color café fue cargado por varios vecinos, fue paseado por el pasillo de la iglesia y posteriormente fue trasladado en una carroza. Sus feligreses lo despidieron con una canción de Tierra Caliente, de la región de Guerrero de donde el sacerdote era originario, y con gritos de “viva”.

La carroza y los feligreses recorrieron varias cuadras de la calle principal Emiliano Zapata que tiene cableado eléctrico subterráneo.
Esta obra y otras más son parte de los beneficios que ha otorgado a esta localidad las mineras a cambio de que permanezcan asentadas explotando los yacimientos minerales de esta zona.

Desde el centro de Mezcala se ven los cerros y laderas deforestadas a causa de la devastación forestal por la actividad de la minera canadiense Equinox Gold que desde mayo pasado enfrenta un conflicto con los ejidatarios de la comunidad de Carrizalillo.

En esta parte de las comunidades de Amatitlán, San Miguel, Mazapa, Carrizalillo y Tenancla que es zona de conflicto y del control territorial del grupo del crimen organizado “Los Tlacos” se movía el sacerdote Bertoldo Pantaleón en su labor pastoral.

Son las 11:30 del 7 de octubre, el sol quema en la piel y los feligreses caminan detrás de la carroza.

Ya casi a punto de que la carroza tome la carretera federal para enfilarse hacia Iguala, una señora recoge una flor del piso y la tira a la batea de una camioneta donde hay varias coronas de flores blancas.

La mujer toma un pañuelo y se seca el sudor de la frente.




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Bertoldo Pantaleón se convirtió en el octavo religioso asesinado en Guerrero, de acuerdo con autoridades de la iglesia católica desde 2009.

El 13 de junio de 2009, fue asesinado sacerdote Habacuc Hernández Benítez fue acribillado en Arcelia, él viajaba acompañado por los seminaristas Eduardo Oregón Benítez y Silvestre González Cambrón, quienes también fueron asesinados.

El 10 de diciembre de 2013, el párraco Joel Román Salazar que pertenecía a la Diócesis de Ciudad Altamirano, fue despeñado en su vehículo con premeditación y alevosía.

En 2014, desapareció el misionero de origen ugandés, quien trabajaba en la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, P. John Ssenyando, posteriormente fue hallado en una fosa clandestina.

EL 4 de febrero de 2018, el sacerdote Germaín Muñiz García e Iván Añorve Jiménez, fueron acribillados en la carretera Iguala-Taxco.