Chilpancingo, ciudad fantasma
por la violencia

Jesús Guerrero y Emiliano Tizapa

Un hombre de unos cincuenta y tantos años, de pelo corto y canas pronunciadas, está parado en la esquina de la calle Abasolo con la calle Roberto Nájera, a una cuadra del mercado central de Chilpancingo. El hombre viste camisa azul cielo, con la mano izquierda sostiene un bolillo, le da un par de mordidas, mastica con rapidez. Su cara se ve pálida.

Una agente estatal se le acerca, le susurra unas palabras al oído. Le pregunta si quiere que ser revisado por un médico. Él responde que sí. Más policías ministeriales se le acercan. Sabe que le acaba de librar y relata a los policías: “Yo vi que un hombre entró y gritó ahora sí se los va a cargar la chingada y empezó a regar de gasolina la camioneta y luego le prendió fuego”.

El hombre y los pasajeros salieron ilesos. Pero la Urvan quedó incendiada en el acceso de su base ubicada en la calle Abasolo, en la colonia Caminos.

A unos metros del hombre, una vendedora de flores de Chilapa se le ve la cara de preocupación.

“¿Por qué no puedo pasar?”, pregunta la mujer a un policía estatal que vigila celosamente que la gente no atraviese la cinta perimetral.

Metros adelante un grupo de bomberos seguían lanzando agua a la camioneta de transporte público que había sido prendida con fuego por hombres armados.

“Incendiaron una camioneta”, dice el agente a la señora, quien más se acongoja.

“La quemaron con toda ¿y la gente?”, pregunta angustiada.

“No, solo la camioneta”, responde el policía.

Alrededor de las 11 de la mañana, vendedores ambulantes y comerciantes establecidos de este tramo de la calle Prolongación observaron llamas y humo que salía de la estación de las camionetas Urvan de la ruta Chilpancingo-Chilapa.

De acuerdo a la versión de un vendedor de tacos, mucha gente corrió pero la mayoría se quedó en su lugar para proteger su mercancía.

“Yo andaba haciendo unas compras y dejé dentro de la base mis ramos de flores que voy a vender”, dice la señora de Chilapa.

Comerciantes y habitantes de esta zona de la colonia Caminos viven desde hace más de una década oleadas de violencia.

El mercado “Baltazar Leyva Mancilla” que está en esta misma franja ha sido motivo de disputa de los grupos criminales que cobran el derecho de piso. Es una zona sin ley.

 


Apenas el pasado viernes 26 de septiembre un hombre asesinó de cuatro balazos al dueño de la pollería “La Esperanza”, un joven de 35 años que forma parte de una familia de comerciantes muy conocida de Chilpancingo.

El homicidio del dueño de la pollería ocurrió alrededor de las 2 de la tarde, en un horario en el que todavía la gente acudía a realizar sus compras. La mañana de hoy, seis veladoras y algunas flores adornaban el aparador de la pollería, el resto de locales trabajaba con normalidad.

Pero la violencia en el mercado no paró. El sábado a las 6 de la mañana, Andrés, de 50 años, chofer de un dueño de una granja de pollos estaba en una camioneta en el estacionamiento de carga y descarga, cuando varios individuos llegaron y le dispararon a quemarropa.
Andrés dejó huérfanos a dos hijos, vivía en la colonia precarista María Dolores, al norponiente de Chilpancingo.

“Era un hombre tranquilo y honrado y que le gustaba cumplir con su trabajo”, contó una comerciante que conocía de cerca a la víctima.
“¿Exigir justicia a las autoridades?, ¿para qué?, si no van hacer nada. El gobierno está metido en la delincuencia, tiene pactos con ellos, los malos”, indica.

Después de los asesinatos del chofer de una granja de pollos y el dueño de una pollería del mercado escaló la violencia en las calles de Chilpancingo en los últimos tres días.

Este domingo, en un mismo día y en un lapso de cinco horas fueron incendiadas tres unidades de transporte.

A las 6 de la mañana, varios individuos rociaron de gasolina un camión de pasajeros de la ruta Chilpancingo-Quechultenango que estaba estacionado en el bulevar “Vicente Guerrero” y los delincuentes dejaron la garrafa a un lado de la unidad.

A las 11 de la mañana, en la colonia El PRD, varios individuos le prendieron fuego a una camioneta urvan de la ruta Chilpancingo-Amojileca. Dos mujeres y dos niñas resultaron con quemaduras graves.

En la carretera federal Chilpancingo-Acapulco en las inmediaciones de la comunidad de Zintlanapa un taxi fue incendiado.

Las consecuencias de la violencia fue una parálisis desde el domingo del servicio del transporte público local y foráneo. Este lunes además se suspendieron las clases en las escuelas de preescolar, primaria, secundaria, de bachilleres y en la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro).


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Los habitantes de Chilpancingo repasan una película que ya vivieron en el 2022, 2023 y 2024.

En febrero del 2022, una disputa por el cobro de cuota a dueños de las pollerías entre las organizaciones criminales de “Los Ardillos” y “Tlacos”, dejó un saldo de tres distribuidores de pollos y cuatro trabajadores de una granja asesinados. Las pollerías cerraron tres días.

En junio del 2022, se difundió un video en las redes sociales donde la alcaldesa de Chilpancingo, la morenista Norma Otilia Hernández Martínez, aparece en una reunión con el líder de “Los Ardillos”, Celso Ortega Jiménez, lo que detonó una escalada de violencia con taxis y camionetas urvan del transporte incendiadas y más de una decena de choferes asesinados. La ciudad quedó paralizada.

En febrero del 2023, otra disputa entre “Los Ardillos” y “Los Tlacos” por el cobro de cuota a los transportistas y dueños de bares, Chilpancingo quedó paralizada, sin clases en las escuelas, con el cierre de negocios y transporte público.

El 6 de octubre del 2024, el alcalde de Chilpancingo Alejandro Arcos Catalán apareció decapitado a seis días de haber asumido el cargo.

Al teniente militar en retiro, Germán Reyes Reyes, la Fiscalía General del Estado (FGE) lo acusa de tener un vínculo con “Los Ardillos” y por su presunta autoría intelectual del crimen del eil. Es el único reteñido por el caso.


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Sin embargo, esta cuarta parálisis de la ciudad fue prevista por las autoridades del municipio y el gobierno estatal.

Según capturas de pantalla difundidas por el propio alcalde, Gustavo Alarcón Herrera, el 8 de septiembre de este año avisó a la Secretaría de Seguridad Pública del estado que un día antes por un reporte del C-4 informó que en la localidad de San Vicente arribó un grupo de aproximadamente 50 personas armadas, con vestimenta tipo militar y encapuchados, quiénes se dirigían a pie hacia los poblados de Agua Hernández y Rincón de Alcaparrosa, por lo que solicitó la presencia de las fuerzas federales.

En otra captura de un documento sellado por la Secretaría de Seguridad Pública del estado el 25 de septiembre 2025, el ayuntamiento informó que a las 2:28 de la tarde del 24 de septiembre, vía redes sociales, tuvo conocimiento de la presencia de personas armadas y drones procedentes de Amojileca y Jacaleaca de Catalán, que se desplazan con dirección al poblado de El Octito, lo que generó temor entre los habitantes.

Sin embargo, en este documento, confirma que en ese momento el gobierno estatal dio prioridad de seguimiento a la movilización de los alumnos de la norma rural de Ayotzinapa.

Estos documentos abre varias interrogantes: ¿Por qué el gobierno del estado no actuó para prevenir los enfrentamientos? ¿Por qué el ayuntamiento de Chilpancingo alertó de hombres armados de comunidades donde tiene control la organización criminal Los Tlacos, pero no donde tienen presencia Los Ardillos? ¿Las diferencias políticas entre el gobierno municipal y el estatal impidieron que se previera esta nueva crisis? ¿Esto confirma el rompimiento entre el gobierno municipal y el estatal?



 

Minutos después de las 8 de la mañana de este lunes el alcalde capitalino, Gustavo Alarcón Herrera, se presentó en el puente de Ciudad Judicial, donde estaban llegando transportistas del circuito Río Azul, El Ocotito y Tierra Colorada. Sin embargo, más tarde la gobernadora dio un recorrido independiente por la colonia PRD y otras zonas en solitario.

Se había anunciado que al mediodía sería un operativo que acompañaría a estas a estos transportistas a sus bases al centro de la ciudad, pero tras el incendio de la urvan de la ruta de Chilapa-Chilpancingo los transportistas se agazaparon hasta el puente de Petaquillas.

Más tarde un grupo de soldados, de guardias nacionales y policías del estado fueron encabezados por el encargado de comunicación René Posselt Aguirre quién dirigió a un grupo de reporteros de varios medios de comunicación y a quienes les pidió que hicieran en vivos para demostrar los recorridos de seguridad en redes sociales.

A las 6 de la tarde, las calles de Chilpancingo estaban vacías. Los transportistas anunciaron que no habrá servicio este martes, tampoco se reanudarán las clases en las escuelas y el ayuntamiento por segundo día seguirá cerrado porque no habrá labores.

El alcalde Gustavo Alarcón no ha publicado en sus redes sociales cuál será su agenda de trabajo este 30 de septiembre, justo cuando se cumple un año de que entró la administración del edil asesinado Alejandro Arcos Catalán.