Jesús Guerrero, Emiliano Tizapa y Arturo de Dios Palma
Hace mucho lo dijo Carlos Hank González, uno de los próceres del priismo: “un político pobre es un pobre político”.
El PRI en Guerrero de cuyas filas salieron gobernantes que actuaban como caciques que consideraban el estado como su feudo y parte de su patrimonio, hoy vive la peor crisis de su historia y posiblemente esté en camino a su extinción.
“Aquí a veces ya no tenemos ni para imprimir hojas”, dice un trabajador de las oficinas estatales del PRI para describir ahora no solamente la crisis política que vive este partido sino también la crisis económica.
Al entrar a la explanada de las oficinas del PRI, cuyo edificio se parece a una gigantesca urna electoral, está el busto del presidente Plutarco Elías Calles, quien en 1929 fundó este partido aunque originalmente con el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR).
Actualmente la escultura de cobre de Elías Calles quien fue el primer prócer de los priístas luce pintarrajeada. Desde hace varios años las huestes de este partido ya se olvidaron de él y no le rinden homenaje.
Las instalaciones del PRI están ubicadas en la avenida José Francisco Ruiz Massieu, quien fue gobernador de Guerrero durante el periodo de 1987-1993 y que en una entrevista que le hizo el periodista de la revista Proceso, Julio Scherer García, escribió que éste había gobernado Guerrero con “botas de cacique” en alusión de que su mandato había sido de represión y de corrupción como lo habían hecho sus antecesores.
El 27 de septiembre de 1994, Ruiz Massieu que se perfilaba como líder de la cámara de diputados fue asesinado a balazos cuando creía que estaba en la cúspide del poder y tenía como proyecto entrar en la jugada en la carrera presidencial en el 2000.
Fue durante el gobierno de José Francisco cuando el PRI tuvo una de sus fracturas más fuertes a su interior.

En 1988, en medio de la crisis económica del país la alianza electoral del Frente Democrático Nacional (FDN) a la cabeza del candidato presidencial el ex priísta Cuauhtémoc Cárdenas casi arrasó en Guerrero contando con el voto de sus ex compañeros del PRI.
Un año después, en 1989, en las elecciones para elegir alcaldes y diputados locales, el gobernador Ruiz Massieu reprimió con desalojos en los ayuntamientos y calles las protestas poselectorales de militantes del entonces recién fundado Partido de la Revolución Democrática (PRD).
La entonces dirigencia del Sol Azteca documentó más de 300 de sus militantes asesinados y varias decenas de desaparecidos. La denuncia de todos estos hechos sigue en estudio en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Desde 1988 el PRI comenzó su declive político electoral y prueba de ello fue que durante los últimos cinco sexenios perdieron tres veces la gubernatura en las elecciones constitucionales.
Desde 1997, en Acapulco que es el municipio más poblado y el principal motor de la economía en Guerrero -según la Secretaría de Economía del Estado- el PRI solo una vez ha ganado la alcaldía.
El PRD, Movimiento Ciudadano (MC) y ahora Morena se han alternado el poder en el puerto.
En 2005 con el PAN gobernando el país, el empresario Zeferino Torreblanca Galindo postulado por el PRD derrotó electoralmente por primera vez al PRI ganando la gubernatura.
Luego en 2011, una crisis interna del PRI por la disputa entre los primos Ángel Aguirre Rivero y Manuel Añorve Baños provocó su segunda derrota electoral consecutiva.
Aguirre Rivero con las siglas del PRD y Convergencia -hoy MC- le ganó a su primo Añorve Baños la elección a gobernador.
Versiones de los mismos líderes del PRI aseguran que cuando las autoridades electorales declararon ganador a Aguirre Rivero, Añorve Baños le fue a pedir perdón con el propósito de conservar algunos espacios de poder.
Aguirre Rivero quien figura en la lista de los caciques de Guerrero, de 1993 a 1996 fue gobernador interino, luego de que Rubén Figueroa Alcocer solicitó licencia por la masacre de los 17 campesinos de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS).
A pesar de que Aguirre Rivero provocó una grieta al PRI, en 2015 el priísta Héctor Astudillo Flores con el apoyo del clan de los ex gobernadores Rubén Figueroa y René Juárez Cisneros, recuperó la gubernatura.
Entre los factores determinantes para que el PRD no retuviera la gubernatura en el 2015 sin lugar a duda fue la corrupción, los altos índices de violencia y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala.

El 27 de octubre de 2014, tras los hechos de Iguala, Aguirre Rivero pidió licencia al Congreso y con ello marcó el declive del PRD.
Astudillo Flores ganó la elección a gobernador con 558 mil 662 votos contra los 473 mil 695 votos de la aguirrista Beatriz Mojica Morga, la abanderada del PRD quien desde el 2021 cambió a Morena. Mojica Morga fue diputada local, ahora senadora por este partido y este 2025 ya se alió con Félix Salgado Macedonio en la búsqueda de la candidatura por la gubernatura en 2027.
En 2018, el triunfo del morenista Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de la República logró que Morena se alzara con la victoria con las dos senadurías y las diputaciones federales en siete de los ocho distritos.
Morena en 2015, en su primera participación electoral como partido, obtuvo 37 mil 847 votos y una diputación local plurinominal; para 2018 ganó la mayoría en el Congreso local, pero la bancada morenista no se mostró como un verdadero contrapeso al Ejecutivo y estuvo plegado a la mayoría de las decisiones de Astudillo Flores.
De acuerdo a cifras proporcionadas por el PRI, en 2017, un año antes de las elecciones federales y locales, logró afiliar a 100,000 militantes a sus filas.
En este 2025 el padrón del PRI es apenas de 29,292 militantes, según un informe de este partido.
Hasta 2017, el Consejo Político estatal del PRI era de 634 consejeros políticos que estaban repartidos entre los siguientes jefes de grupos: Héctor Astudillo con 191; Manuel Añorve, 143; Mario Moreno, 26; Rubén Figueroa Alcocer, 53; René Juárez, 22; Ricardo Taja, 14; Héctor Apreza Patrón, 16; Juan José Castro, 5; la CTM (Confederación de Trabajadores de México) 11 y el líder estatal del partido, Alejandro Bravo, 11.
Pero la renuncia al PRI en 2024 de Astudillo Flores, derivado de su pleito con el líder nacional Alejandro Moreno Cárdenas y con Añorve Baños, así como del ex candidato a gobernador Mario Moreno Arcos y otros líderes priístas como Héctor Apreza Patrón, Marco Antonio Leyva, Alicia Zamora, provocó que en este 2025, 60 por ciento de los 634 consejeros hayan firmado su salida de las filas de este partido.
La debacle político electoral del PRI se reafirmó en las elecciones de 2024 con los siguientes números: De los 580 mil 971 votos que obtuvo en 2021, bajó a 223 mil 194 votos.
Con esos votos el PRI logró ganar seis diputaciones locales, tres de mayoría y tres por la vía plurinominal y 13 alcaldías, tres de las más importantes en Guerrero: Tlapa, Chilapa y Zihuatanejo en donde participó en una alianza electoral con el PRD.
A menos de dos años de las elecciones del 2027, el PRI no cuenta con una estructura y prueba de ello es de que en su mejor auge -porque estaba en el poder y le fluían los recursos públicos- tenía 5 mil comités seccionales dispersos en todo el estado y los comités municipales tenían financiamiento.
Actualmente el PRI solo cuenta con 500 comités seccionales y en los últimos días la dirigencia de este partido empezó un programa de renovación de las dirigencias de sus comités municipales con penurias económicas.
Trabajadores de las oficinas estatales del PRI contaron que desde hace tres meses no les han pagado sus salarios.
“No hay dinero para cubrir la nómina”, dijo una fuente del tricolor.
De acuerdo a un informe del Instituto Electoral de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero (IEPC) en este 2025 el PRI recibe un financiamiento de 32 millones 431 mil 979 pesos con 66 centavos para actividades ordinarias permanentes.
Otro recurso de prerrogativas que recibe el PRI para “actividades específicas” es de 972 mil 959 pesos 38 centavos, indica el IEPC.
La ex regidora priísta y secretaria general del PRI en Chilpancingo, Guadalupe Aguilar Alcocer, dijo que la crisis económica en su partido les “está pegando mucho”.
Relató que todavía en el gobierno de Astudillo a los integrantes del comité municipal les daban un apoyo de cinco mil pesos al mes aunque a veces se los entregaban con retraso.
“No estábamos en la nómina del gobierno sino que solo nos daban el apoyo mensual, así solo como ayuda porque sacamos la chamba en el partido”, dijo la ex regidora durante la administración de la morenista Norma Otilia Hernández Martínez.
Hasta hace unos años las oficinas del PRI en Chilpancingo estaban ubicadas en la calle Colón, en el centro de la ciudad, pero como ya no hay para el pago de la renta, sus instalaciones fueron trasladadas en un pequeño edificio frente a las instalaciones estatales de su partido, dijo Guadalupe Aguilar.
La ex regidora que forma parte del grupo de Añorve Baños, es optimista y asegura que en las elecciones del 2027, el PRI va dar la “sorpresa”, porque asegura, la gente de Chilpancingo ya cayó en el desencanto de Morena.
En las elecciones de 2024, el PRI en alianza con el PRD, obtuvo 22 mil votos en Chilpancingo?
De cara a las elecciones del 2027, el priísta más visible que se perfila para la candidatura a la gubernatura es el desgastado Añorve Baños, quien tiene como padrino al líder nacional Cárdenas Moreno.
En 2021, Mario Moreno repartió culpas de su derrota electoral y en ese fuego amigo incluyó a Añorve Baños, quien contradictoriamente fungió como su coordinador de campaña.
Añorve Baños asistió al cuarto informe de labores de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda este viernes, donde se le vió dialogando con Félix Salgado Macedonio. La escena revivió para algunos priístas viejos episodios de “traición” que han marcado su trayectoria política.
En 1999, Añorve Baños tras perder la elección interna para la candidatura a la gubernatura frente a René Juárez Cisneros, se alió con Salgado Macedonio.
Salgado Macedonio postulado por el PRD ganó Acapulco, cuya plaza la tenía bajo su control Añorve Baños.
Esa vez, Salgado Macedonio no obtuvo la gubernatura ante la maquinaria del PRI por sus famosas casillas “zapato” en las zonas rurales, sobre todo en las comunidades de Chilapa.
En 2021, Añorve Baños se molestó cuando el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno dijo que las encuestas para la candidatura a la gubernatura por Guerrero le eran favorables a Mario Moreno.
“Se enojó (Manuel Añorve) y se salió de la reunión que se realizó en un hotel de Acapulco”, reveló Héctor Apreza Patrón, al relatar esa reunión a la que estuvo presente como aspirante a la candidatura.
Los ahora ex priístas creen que Añorve Baños jugó del lado enemigo y por eso esa relación tan estrecha y de complicidad que tiene con los Salgado.
Desde que Evelyn Salgado Pineda asumió la gubernatura, Añorve Baños no ha hecho ninguna crítica a su gobierno ni en la tribuna del Senado, tampoco en declaraciones a los medios de comunicación.
Añorve Baños quien junto con Rubén Figueroa y Alejandro Bravo Abarca -actual líder del PRI- tienen bajo su control el PRI Guerrero, solo han criticado al gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador y a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Para 2027, el candidato del PRI más cómodo para Morena, será Añorve Baños quien, según los pronósticos de algunos ex priístas, si acaso podría alcanzar a lo mucho 180 mil votos por lo que Morena tiene garantizado el triunfo.
En los tiempos de bonanza del PRI, había hasta una nómina para el pago de convenios a los medios de comunicación y “embutes” a los periodistas. Eso sucedía durante los gobiernos priístas de Rubén Figueroa Figueroa, Alejandro Cervantes Delgado, José Francisco Ruiz Massieu, Rubén Figueroa Alcocer, Ángel Aguirre Rivero, René Juárez Cisneros y todavía con Héctor Astudillo Flores.
“Yo me baño con regadera y salpico”, era la frase que utilizaba Juárez Cisneros, en referencia de que tenía a su disposición los recursos del erario pero lo repartía a la gente de su partido, líderes de organizaciones sociales y a los periodistas.
Cuando el PRI gobernaba, las prerrogativas que recibía eran como un dulce. El mayor recurso para el funcionamiento de la maquinaria priísta provenía de las arcas del gobierno estatal.
Los estatutos de este partido establecen como obligación que los funcionarios, ediles, diputados locales, diputados federales, senadores, gobernadores deben de aportar un porcentaje de su salario al partido.
Pero de acuerdo a fuentes de la dirigencia y ex líderes del PRI, nadie aporta sus cuotas.
“Al contrario, quieren que les den”, dijo un ex presidente de este partido que renunció a su militancia en 2024.
Muchos ex priístas buscan ahora nuevos acomodos de acuerdo a la conveniencia y a sus intereses.
Astudillo Flores y Moreno Arcos se refugiaron en MC. El segundo salió este año tras conflictos con el ex gobernador porque apoyó a Gabriela Bernal Reséndiz para estar al frente de MC en Guerrero.
Moreno Arcos ahora busca acomodarse en Morena y se le ha visto cercano a Mojica Morga. En tanto, Astudillo Flores es coordinador nacional de Enlace Político del MC.
Las figuras visibles del PRI en decadencia son Bravo Abarca; el viejo cacique, Figueroa Alcocer; Añorve Baños; la líder caciquil de la Sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud (SNTS) Beatriz Vélez; la ex diputada local Pilar Vadillo Ruiz; el alcalde de Tlapa, Gilberto Solano Arreaga; y los priístas de Zihuatanejo, Jorge Sánchez Allec y Lizette Tapia Castro.
Añorve Baños, Vélez Nuñez y Solano Arreaga han tenido encuentros con el grupo político de Félix Salgado quien ya comenzó a “purificar” a algunos ex priístas como es el caso de Sofío Ramírez, líder del PRI en Acapulco, quien ya le declaró su apoyo y solicitó su afiliación a Morena.
Ante la debacle del PRI, muchos han comenzado a mutar a una piel guinda ante su resistencia a extinguirse.

Chirrionazo
El dirigente estatal de Morena, Jacinto González Varona, nuevamente lanzó una de sus frases polémicas. Resulta que al salir del informe de Evelyn Salgado Pineda en el auditorio Sentimientos de la Nación, sostuvo que el asesinato de Hossein Nabor Guillén, ex alcalde por el PRD del Tixtla y actual subsecretario de gobierno, lo interpretaba como una “provocación” hacia el gobierno estatal.
Lo que no comentó fue quién busca provocar, solo hizo referencia a la región Centro. Es decir, ¿Jacinto González Varona cree que la organización criminal de Los Ardillos está provocando a los Salgado? Si es así, ¿el líder político de Morena no debería denunciarlo ante las autoridades competentes?
Además, ¿por qué una organización criminal tendría que “provocar” a un gobierno? ¿No se supone que los índices de criminalidad bajaron y que hay mayor gobernabilidad en Guerrero?