Ramo 48 de cultura discurso y realidad
Carlos Altamirano Carmona
¿Para qué sirve la cultura? ¿para qué sirven las artes? ¿qué beneficios le aportan al individuo y a la sociedad? Y, ¿para qué preocuparse en esos cuestionamientos? si ya bastantes preocupaciones, limitaciones y pérdidas tenemos con la delincuencia común y organizada, que cada día dominan más sectores comerciales, servicios, instituciones y colonias, trabucando todo lo que tocan. Además, ¿a quién le interesa el desarrollo cultural y artístico en la sociedad?
Los adolescentes y jóvenes andan preocupados por los likes en redes sociales y ocupados chateando con escasas palabras que apenas conocen y a veces las tergirversan, absortos en series televisivas, algunas hechas para moldear seres violentos incapaces de anteponer el diálogo y otras -junto con la internet y excesos de proteccionismo familiar-, forman débiles emocionales buscando refugio en su adicción a redes sociales, chats y video juegos, felices llenándose de bebidas gaseosas y comida chatarra; su preocupación no va más allá de esa configuración acotando su creatividad satisfecha por millones de fotones de colores que descomponen sus retinas y corteza prefrontal, al fin y al cabo, “piensan” -si es que piensan en su salud y problemas a su alrededor-, “si el muerto no es de mi familia, si los robos no son a mi familia o a mí, nada me preocupa”, con que tengan varo pal antro y un celular, la pura vida pues. “La gente solo piensa en las injusticias cuando les suceden a ellas”, afirmó alguna vez Charles Bukowski.
A las y los adultos, les basta con que tengan un salario o un ingreso monetario por algún negocio o servicio que ofrezca, suficiente para poder medio mantener una familia, ¿qué otra cosa debería preocuparles? Ah, sí, tener internet ilimitado, uno o más televisores enormes con internet, agua de sobra, energía eléctrica para que siempre funcione el internet, y por supuesto, motoneta o motocicleta para los hijos y, si se puede, un automóvil aunque haya que endeudarse y limitarse en la alimentación y la preparación educativa y artística de los hijos e hijas. “La principal tarea del ser humano en la vida es darse a luz a sí mismo”, dijo Erich From, quizá por eso la gente prefiere llenarse de aparatos con luces que de libros, instrumentos musicales o danzar.
Si ni siquiera les interesa el genocidio en Gaza y Cisjordania, los intentos de intervención política y militar en México por parte del imperio gringo, la sobre explotación de los mantos petrolíferos mexicanos, los daños al medio ambiente a través de la contaminación de los ríos Mezcala y Santiago -entre otros-, debido a desechos tóxicos de la minería y las industrias, los micro plásticos en las venas de las personas, el plomo en el cerebro de quienes viven en las ciudades con más automóviles, el incremento de enfermedades crónicas como las cardiovasculares, diabetes, cáncer, cerebro vasculares y gástricas, entre otras, debido en gran parte a falta de programas sociales de nutrición; la precaria atención médica y la poca profesionalidad en hospitales y clínicas públicas de provincia como sucede en Guerrero, etc. De eso, ni hablar con estas generaciones educadas en la competencia individual y la no realidad, a quienes a través de medios mediáticos y la national education standardization policies los siguen homogenizando a partir de la cultura centralista y de paso, a través de diversos programas de pseudo lasuperación les han hecho creer que los problemas sociales son problemas individuales; es como hablar con el aire, se mueve, pero no se conmueve. Por cierto, ante la estandarización cultural nacional, los gobiernos estatales y municipales deben fortalecer cultura local.
En fin, si se puede mantener al cerebro feliz absorto en pantallas, sin preocupaciones por lo que sucede en el mundo real o a nuestro país o hasta lo que sucede a los vecinos, ¿por qué habría de interesarles la falta de oportunidades de acceso a las manifestaciones culturales en las colonias y el desarrollo de la creatividad de las personas por medio de las artes? Si a los que dirigen los destinos de la función cultural desde las instituciones de gobierno municipales no parece interesarles, como sucede en Guerrero, o no saben la relación-beneficio social de la cultura –lo más seguro es que no sepan–. ¿Para qué decirles que disminuyó el presupuesto federal a cultura y con ello se podría limitar el derecho de acceso, participación y disfrute de las expresiones artístico-culturales?
¿A quién entonces, le interesa que para el 2026 disminuya el presupuesto a cultura en 13.16%? Como quiera que sea, si ya en 2025 se está con un presupuesto 9.99% menor con respecto a 2024, ¿qué más da otra disminución?
“Lo que una persona desprecia o valora a la ligera, es apreciado por otra”, dijo Carl Menger alguna vez. Pensemos entonces en los creadores y activistas de la cultura que durante sus andares con la sociedad civil y que en esta noble andanza cultural han apreciado los beneficios del fortalecimiento de la identidad y la participación comunitaria durante las prácticas culturales, y a quienes han padecido las carencias de oferta cultural y problemáticas sociales en la periferia, pero que han apreciado como, quienes practican alguna actividad artística son menos propensos a la delincuencia y más tendentes a buscar su superación; a ellos, seguramente, sí les preocupa el deterioro de la importancia que se da a la promoción y desarrollo cultural, y habría que preguntarles, si en verdad se ha hecho valer el derecho a la cultura en sus comunidades, si es que acaso los conocen, quizá por ahí deberíamos comenzar. A ellos les recuerdo que, ese derecho a la democratización de la cultura depende del presupuesto gubernamental federal, estatal y municipal, que se asigne a dicho sector, pero aquí solo estamos comentando lo federal, los presupuestos que se van asignando cada año al Ramo 48 de Cultura.
Pues bien, les mostramos los presupuestos asignados durante los años 2018 al 2025 y el presupuesto en discusión en el Congreso, para asignarse durante 2026. Porque quizá, les interese saber que dicho presupuesto fue disminuido en el 2025.
Para una mejor y más rápida comprensión de este sube y baja presupuestal, hemos hecho dos cuadros que les permitirá visualizar y comprender la diferencia presupuestal del gobierno federal actual, con respecto a su predecesor López Obrador y al último año del gobierno priísta.
Durante el último año de gobiernos priístas, en 2018, el presupuesto a cultura fue de 12 mil 916 millones 173,982 pesos.
Durante el primer año de gobierno de MORENA, se aprobó un presupuesto para 2019 de apenas 0.17% menos que el año anterior, es decir, 22 millones 83,723 pesos menos que en 2018.

En total, entre el decremento de 2019 y aumentos desde el 2020 al 2024, el presupuesto tuvo un incremento acumulado de 26%, como se aprecia en la Tabla 1.
A pesar de este incremento a cultura, durante este período hubo protestas por los recortes al presupuesto del INAH e INBAL, por el pago de salarios atrasados, por incremento salarial y por falta de recursos para el mantenimiento de su infraestructura y patrimonio cultural.
Esto sucedió, se deduce, porque buena parte del incremento a cultura fue destinado al mega proyectos “Chapultepec Naturaleza y Cultura” que tuvo una inversión de 10,500 millones de pesos, al Proyecto “Tren Maya en materia de salvamento arqueológico” que asciende a 248 millones de pesos y al “Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas” (Promeza) con una inversión de 4,906 millones de pesos, esas acciones a cargo del INAH, quien fue quien más se benefició con los incrementos para el 2024.
También hubo disminución de presupuesto a programas como PACMYC, caso Guerrero, que depende de la Dirección de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas. Este vaivén de los presupuestos a las instituciones de cultura y sus programas requiere otro análisis exhaustivo que es tema para otro estudio.

Durante el gobierno de Sheimbaum Pardo, como se aprecia en la Tabla 2, en apenas un año, hubo una disminución del 9.99% al Ramo 48, y para el 2026 se planea una disminución del 13.16%, ambos acumulados suman un 23.14% de disminución al presupuesto a cultura en apenas dos años, volviendo a un poco más de lo que se tenía en el año 2019.
Esto sucedería en caso de aprobarse el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2026; siendo así, tendríamos que mientras durante los seis años de gobierno de López Obrador hubo un incremento acumulado de 26% al Ramo 48 (recuérdese que en 2019 hubo un pequeño decremento), en dos años Sheimbaum habrá disminuido el presupuesto en 23.14%, es decir, le faltaría 3.62% para anular el incremento presupuestal que durante la gestión de López Obrador se concedió al Ramo cultura.
En este año 2025, varias instituciones como el INBAL, INAH, INEHRM, Radio Educación, Instituto Nacional del Derecho de Autor e Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, entre otros, les ha sido disminuido su presupuesto, y en el 2026, tal parece que habrá otra disminución para ellos.
Esta ha sido una visión general del presupuesto total asignado al Ramo 48 de Cultura, pero para una mejor comprensión y crítica, se debe analizar el presupuesto asignado por dependencia y por programa; cuánto dedican al gasto para administración y cuánto al desarrollo social, lo cual nos llevaría a un análisis exhaustivo, que para eso, los especialistas que laboran en las instituciones más afectadas por la política cultural actual ya deben estar publicando sus estudios y lecturas, ¿será?
Si bien, podría justificarse la disminución del presupuesto aduciendo que ya concluyeron los Proyectos “Chapultepec naturaleza y cultura” y “Tren Maya en materia de salvamento arqueológico” y ese recurso ya no se necesita, nos preguntamos ¿por qué no volver a dedicar recursos a la creación y mantenimiento de infraestructura cultural en las entidades del país? ¿Acaso no es importante para el bienestar social tener casas de cultura en las ciudades pequeñas, pueblos y comunidades, así como centros medianos a grandes de cultura en las ciudades medianas y grandes del país?
Esta situación de apartheid al desarrollo de infraestructura cultural en las ciudades periferia del país, bien merece por parte del gobierno, una explicación para la comunidad cultural y la sociedad, una explicación de intenciones de su política cultural y del presupuesto asignado a instituciones que velan por la promoción y desarrollo cultural de todas y todos los mexicanos.
Por cierto otra vez, ¿Qué habrá sido del PAICE en la jerarquía de políticas culturales del actual gobierno?
Carlos Altamirano Carmona es promotor cultural.
Fuentes.
Calendarios de Presupuestos Autorizados al Ramo 48 Cultura, publicados en Ediciones del Diario de la Federación de diciembre y enero de los años 2018 al 2025.
“Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2026”.
https://www.ppef.hacienda.gob.mx/work/models/PP3F2609/PPEF2026/Fiw326fP/paquete/egresos/Proyecto_Decreto.pdf
Secretaría de Cultura. (6, junio, 2024).
“La construcción del Proyecto Chapultepec, Naturaleza y Cultura está a punto de concluir.
https://www.gob.mx/cultura/prensa/la-construccion-del-proyecto-chapultepec-naturaleza-y-cultura-esta-a-punto-de-concluir?idiom=es
PAICE, Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados.
INBAL, Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
INAH, Instituto Nacional de Antropología e Historia.
INEHRM, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.