Por: Jesús Guerrero, Emiliano Tizapa Lucena y Arturo de Dios Palma,
El reloj apremia. La tranquilidad y la paz de Chichihualco, cabecera municipal del Leonardo Bravo, pende de un hilo. Es un polvorín. ¿El gobierno de la morenista, Evelyn Salgado Pineda, reaccionará antes de que el conflicto explote? O dejará que se convierta en una mancha más de su administración. O tal vez, ya explotó, y todavía no vislumbramos las consecuencias.
El problema es claro: el poder político, económico y criminal está en disputa. Que sea en este proceso electoral de 2024, no es casual.
A mediados de 2023, Isaac Navarrete Celis, el presunto líder del denominado “Cártel del Sur” retornó a Chichihualco y Los Tlacos y su brazo armado autodenominado “Policía Comunitaria de Tlacotepec” buscan desplazarlos de nuevo de la zona.
Entre 2013 y 2014 la violencia tuvo auge en la zona de Chichihualco y Heliodoro Castillo. Primero, dice un poblador desplazado de Filo de Caballos, peleaban el control de la amapola, el territorio, quien compraba goma de opio en un lado y quien compraba en otro.
Después, ante la caída del precio de la amapola; los negocios de las organizaciones criminales se trasladaron a la tala clandestina y a las empresas de servicios aledaños a las mineras canadienses. Aunado a la extorsión y cobro de piso. Todo con el aval y permiso de las autoridades.
En 2019, Navarrete Celis lo confirmó en una entrevista con la revista Proceso: le interesaba controlar el corredor minero Xochipala-Mezcala-Carrizalillo.
Esta pugna ha dejado balaceras, muertos y desplazamiento. Una vida envuelta en una guerra interminable.
“Cuando nos desplazaron, venían peleando lo que era el corredor de Filo de Caballos, nos desplazó la misma comunitaria el 11 de noviembre de 2018”, dice el poblador asentado actualmente en Chichihualco.
En la cabecera municipal, cuenta el poblador, el ex alcalde Ismael Castulo Guzmán (asesinado el 6 de octubre de 2023) los recibió y dio alojamiento en el auditorio.
“La mayoría de gente que salimos, lo hicimos por miedo, no porque debiéramos algo o como se manejaba que toda la gente que se había salido estaba con un cártel”.
A seis años, en Chichihualco aún se mantienen 30 familias desplazadas desde 2018.
“Como desplazados que ya fuimos una vez y por la misma comunitaria es muy difícil, traumático para las familias, pensar que otra vez se tiene uno que salir de aquí, pensar ¿a dónde vas a ir? Aquí aunque con carencias nos hemos adaptado al clima, la gente ya nos conoce, y otra vez irte y dejar todo, sí está difícil”.
La incertidumbre no es para menos.
Este 3 de mayo de 2024, cerca de mil 500 integrantes de la autodefensa de Heliodoro Castillo irrumpieron en Chichihualco; su exigencia al gobierno del estado fue directa: la detención de los integrantes del Cártel del Sur de Isaac Navarrete Celis.
El argumento es que las autoridades comunitarias y la población de las localidades de Los Morros, Coatepec de la Escalera, El Ranchito, Camotla la Torre, Puentecillas, Campo de Aviación, Carrizal de Bravo, La Felicidad de García Suazo y Filo de Caballos puedan bajar a Chichihualco sin temor a ser asesinados, secuestrados o extorsionados.
Tras cinco días de que Chichihualco estuvo sitiado, el gobierno estatal arribó para supuestamente hacerse cargo de la seguridad. La autodefensa advirtió que daba 10 días para cumplir con los acuerdos, en caso de que no lo hicieran, volverían.
El conflicto no es reciente, el episodio de Chichihualco inició con el retorno de Navarrete Celis en junio de 2023, con los primeros enfrentamientos.
Y es que Chichihualco, tras la expulsión del Cártel del Sur quedó bajo el control de Los Jaleacos, una célula criminal aliada de Los Tlacos.
Los enfrentamientos provocados por el retorno de Navarrete Celis se hicieron constantes, en julio del año pasado nuevamente se dieron días de balaceras, que se replicaron en agosto y octubre. Desde entonces no han parado.
Pero ¿quién está detrás de estos grupos criminales? La pregunta la hacemos por lo siguiente:
En marzo de 2020, la productora Vice News presentó: “Inside Mexico’s Warring Cartels and the Millions of People They’ve Displaced”, donde ofrecen un panorama del conflicto entre el Cártel del Sur y la autodefensa de Tlacotepec.
En este trabajo audiovisual, el coordinador de la autodefensa de Heliodoro Castillo, Salvador Alanís Trujillo, explica cómo su organización había combatido al Cartel del Sur, y argumentaba que si había desplazados era porque eran familiares directos del cártel rival.
Alanís Trujillo reveló que sus “muchachos” tenían la orden de quemar o enterrar, es decir, desaparecer los cuerpos de sus adversarios abatidos para no tener problemas con la autoridad.
“Chava” Alanís, como es conocido aporta un dato más, cada “muchacho” de su ejército “élite” viste ropa con color militar y armas de alto poder, la inversión era de 80 mil pesos por cada uno, por 100 hombres, decía orgulloso, se han gastado ocho millones de pesos.
“Acabando con el cártel se acaba la guerra”, sentenciaba Alanís Trujillo.
En el mismo documental, se entrevista a Isaac Navarrete, cubierto del rostro con un pasamontañas blanco, quien dice que la autodefensa de Tlacotepec son “sicarios”, es decir, una organización delictiva rival.
Si este año, durante cinco días la autodefensa bajó a mil 500 de sus integrantes, y si hipotéticamente sólo pagaran 200 pesos a cada hombre al día, por este tiempo hicieron un gasto de un millón 500 mil pesos.
Sea una u otra organización criminal ¿quién auspicia esta guerra?, ¿A quién le conviene?, ¿Qué ganarán a cambio?
Por un lado, dice el poblador desplazado de Filo de Caballos, quienes todavía tienen familia en los pueblos les cuentan que a la gente, estas organizaciones delictivas los llevan de manera forzada.
“Si no vienen les ponen una multa o que ya golpean a una persona para meter miedo, la gente viene obligada no es porque quieran venir”.
Los cinco días en que fue situado Chichihualco, la población vivió con miedo, no hubo transporte, en el mercado hubo muy poca venta, y los pocos negocios no abrieron. Las clases presenciales desde agosto pasado quedaron suspendidas y los estudiantes se atienden en clases virtuales.
La población de Chichihualco no está de acuerdo con el control que pretende imponer con las armas la autodefensa de Tlacotepec, pero tampoco es un secreto que el actual alcalde, Saúl Villa Adame, fue quien permitió su entrada.
“La gente está dolida, está molesta porque él (Saúl Villa) entregó a su pueblo”.
El descontento social de Chichihualco empieza a desatar la idea de un levantamiento armado, para impedir nuevamente el ingreso de la autodefensa de Tlacotepec.
¿Cuál será la decisión de Evelyn Salgado? Como alguna vez lo afirmó su antecesor, el caso Chichihualco es tema de seguridad nacional. Que se produzca en el contexto del desarrollo del proceso electoral no es fortuito.
—¿Qué disputan ahora las organizaciones criminales?— se le pregunta al poblador desplazado y habitante de Chichihualco.
—Ahorita lo que pienso y lo que comenta la gente es que pelean los ayuntamientos, no hay otra entrada de dinero más que el ayuntamiento, qué otra cosa, antes se decía peleaban la amapola, pero ahorita ya no vale.
—¿Los ha contactado como víctimas de desplazamiento el gobierno del estado o el gobierno federal ante el resiente caso de Chichihualco?
—Nada, ni siquiera para preguntar cómo están, qué piensan, para el gobierno estamos olvidados.
“Exigimos que ya volteen a mirarnos, la gobernadora hasta la fecha nunca nos ha recibido, hemos tenido reuniones pero con Miguel Flores o Francisco Rodríguez, pero no es igual que ella nos escuche”.
La directora del Centro Regional de Defensa de Derechos Humanos José Ma. Morelos y Pavón, Teodomira Rosales Sierra, quien ha dado acompañamiento a los desplazados de Chichihualco desde 2018, estima que el gobierno de Evelyn Salgado cumplirá la petición de la autodefensa.
Con lo que se prevé que las víctimas nuevamente sean desplazadas ante la nula “garantía del gobierno” de dar seguridad a este municipio.
Además, el Centro Morelos, este 5 de mayo, en un posicionamiento resaltó algo relevante, los medios de comunicación no han querido acudir para informar a la sociedad lo que sucede.
El problema es distinguir entre posicionamientos de las organizaciones criminales y de la población que nada tiene que ver con la disputa.
En medio también han quedado los religiosos, que hasta hace unas semanas celebraban una pacificación entre organizaciones delictivas, pero que se han convertido en simples portavoces de un sólo lado del conflicto.
¿Combatirá Evelyn Salgado al Cártel del Sur? Combatir a ambos no es una opción por más que mientan desde Comunicación Social del estado. Pues en casi tres años de gobierno de Los Salgado, Los Tlacos también se han empoderado.
Chirrionazo. Retomando el proceso electoral, resulta que el candidato a alcalde de Chilpancingo del PT, PVEM y Morena, Jorge Salgado Parra, la tiene muy difícil, debido a que sus militantes y promotores les han impedido hombres armados hacer campaña en la zona del Valle del Ocotito y Petaquillas, donde es conocida por las autoridades como zona de la organización criminal Los Ardillos.
Lo contradictorio es que la alcaldesa morenista, Norma Otilia Hernández Martínez no tenga ese mismo problema, incluso, para los festejos del Día de la Madre que hizo en el Zócalo a pesar de la contaminación ambiental por tanto incendio, mandó a preparar la comida en El Ocotito.
La pregunta es obvia, luego de que ella no fue la candidata de Morena, sus hermanas se sumaron a la campaña de Alejandro Arcos Catalán, el candidato del PRI-PAN-PRD. ¿Será que siempre sí cumplió la alcaldesa de la marca con el segundo desayuno?