Texto: Emiliano Tizapa Lucena
Acapulco
Enrique Andrade Rodríguez es el mayor de cuatro hijos, su hermana menor, Abigail, siempre fue la que más problemas dio en su casa.
Enrique cuenta que cuando Abigail tenía cinco años, padeció dengue hemorrágico, él sólo tenía 12 años, su padre se negaba a que la llevaran al médico, sin embargo, Enrique lo desobedeció y la llevó al Hospital General de Acapulco; ahí su hermana estuvo internada diez días hasta que superó la enfermedad.
En otra ocasión, cuando Abigail estudiaba en la Secundaria Federal Número 70, Amado Nervo, junto a tres compañeras se saltó la barda para irse de pinta, el director las expulsó, pero Enrique buscó la forma para que la aceptaran de nuevo y concluyera sus estudios.
La noche del 24 de octubre de 2023, Enrique no pudo proteger a Abigail, quien junto a sus tres compañeros navegaba en el yate Litos cuando el huracán Otis, categoría cinco, impactó Acapulco; un año después los cuatro continúan desaparecidos.
A un año de la devastación en Acapulco por el huracán, la familia de Abigail continúa luchando contra la marea, porque sus tres hijos se han quedado en el desamparo: sin padres, sin casa, sin ropa ni muebles, sin becas gubernamentales ni la pensión que por derecho merecen por el trabajo de su mamá.
Abigail, tenía 29 años cuando desapareció, era madre soltera y trabajaba como hostess del yate Litos, una embarcación de recreo, propiedad del empresario Carlos Smeke Romano, dueño de una desarrolladora inmobiliaria con el mismo nombre en el Estado de México.
Ahora se sabe, cuenta Enrique Andrade, que su hermana Abigail junto al marinero Alejandro Sandoval Ugarte, el ingeniero Fernando Parra Morales y el capitán Ulises Díaz Salgado partieron de Puerto Marqués a la Base Naval, donde pensaron que estarían más seguros ante la llegada del huracán.
“Desgraciadamente ese día no supieron la magnitud que se venía, en la Base Naval al sentirse en peligro deciden regresar a Puerto Marqués, pero en el punto conocido como Punta Bruja, a las 12:20 del 25 de octubre, pidieron auxilio porque habían perdido el control de los motores. A través de la investigación que realizó la Marina, sabemos que el huracán sacó el yate dos millas mar adentro y de ahí lo estrelló en la isla de La Roqueta”.
Las búsquedas continúan y cada martes las autoridades les informan a los familiares de desaparecidos del retiro del mar de las embarcaciones que se encuentran hundidas y en mal estado. A un año, sólo han hallado ropa de Abigail y de sus compañeros, así como pedazos de la embarcación, pero ningún resto humano.
Las autoridades del gobierno mexicano hasta enero de 2024 reconocieron la desaparición de 32 personas, de ellas hallaron los cuerpos de 17. Sin embargo, no hay información que dé certeza de cuántas embarcaciones se hundieron por el huracán Otis, tampoco cuántas embarcaciones han sido rescatadas o retiradas del fondo de la bahía y de las orillas.
Los hijos de Abigail: Ximena, Ángel y Alexis también vivieron una pesadilla cuando Otis tocó tierra; ellos estaban solos en el cuarto donde los dejó su mamá, en el tercer piso de la casa de sus abuelos.
Esa noche los tres niños estaban dormidos, pero las rachas de viento de hasta 270 kilómetros por hora arrancaron como un monstruo su techo de láminas con todo y el marco, el cual quedó tirado dos casas a lado.
“Los tres pedían auxilio y como se pudo se bajaron de la azotea donde ellos se encontraban. En esa losa existían unas escaleras de caracol, ya se habían retirado ya no estaban ahí, pero estaba el hueco, solamente se le había puesto una lámina para que ellos no tuvieran un accidente, como se pudo se retiró esa lámina y por ahí se bajaron a los niños y se protegieron en el baño donde vive mi papá”, sostiene Enrique.
Actualmente el hijo más pequeño de Abigail, Alexis, cursa tercero de primaria, Ángel entró a primero de secundaria y la mayor, Ximena va en tercero de secundaria.
Perder a su mamá no ha sido todo. Abigail se llevó consigo las tarjetas para cobrar sus becas, un año ha pasado y se quedaron sin cobrar el dinero que pudo ayudarles a sortear sus gastos para la escuela. En su cuarto también lo perdieron todo, su ropa, su cama, su televisor, sus juguetes y útiles escolares, como han podido su tío Enrique, sus tías y sus abuelos les han comprado lo necesario para continuar.
“La presidenta (Claudia Sheinbaum Pardo) debe de saber toda la magnitud del problema que está recayendo en los familiares, después de haber perdido a un familiar seguimos remando contra la marea porque no se puede concretar todos los trámites legales para que nos puedan entregar la documentación y nosotros ejercer lo que corresponde para los familiares”, dice Enrique.
Las familias que tienen un ser desaparecido cumplirán un año de caminar en los juzgados de lo familiar en busca de acceder a una pensión para las viudas, hijos e hijas, madres y padres.
En el caso de Abigail, su hermano Enrique está llevando el trámite para que sus sobrinos reciban una pensión por parte del IMSS.
Aunque los trámites han avanzado, hay una irregularidad en el proceso, Abigail cotizaba con un sueldo mínimo de 259 pesos aunque su salario real era de mil pesos, en parte porque el dueño con esto evadía impuestos.
Enrique preguntó cuál será la pensión de sus sobrinos ante el IMSS, la respuesta lo dejó pasmado: 400 pesos por niño al mes.
A pesar de la mínima cantidad, Enrique no concluye su proceso porque el IMSS le pide ser el tutor definitivo y en el documento que tiene se le reconoce sólo como un tutor provisional.
“Llevo casi un año dando vueltas para lograr concretar la documentación y el día de mañana que yo la logré concretar, le van a ofrecer esa pensión de 400 pesos por niño, debo de llevar otra demanda ante Conciliación y Arbitraje para solicitar al dueño que se reconozca su salario real”.
Enrique tiene una acta de presunción de muerte de Abigail, necesaria para liberar la pensión para los menores, así como la liberación del Afore.
“No estamos exigiendo que nos den un barco o que nos den una casa, estamos exigiendo solamente nuestros trámites legales. En mi caso mi hermana que se desempeñaba como hostess ese día no tuvo por qué haber estado en esa situación, no estaban en un recorrido, estaban tratando de rescatar algo material porque así fue instruido por los dueños”, reprochó Enrique.
Los hijos de Abigail están desamparados. Smeke Romano acordó apoyar quincenalmente a los familiares de sus cuatro trabajadores, pero el dinero dejó de depositarlo en febrero de este 2024, también dejó de pagar al IMSS y los hijos de Abigail se quedaron sin seguridad social.
En la Secretaría de Bienestar a Enrique le dijeron que no podía hacer ningún trámite porque no era el tutor legal de sus sobrinos, que debían esperar a que se abrieran las inscripciones a nuevas becas en el gobierno de Claudia Sheinbaum.
“Mis otras dos hermanas, mis papás y yo, les decimos a mis sobrinos que no porque su mamá ya no esté aquí ya se acabó el mundo para ellos. Cada momento que estamos con ellos, les pregunto cómo les fue en la escuela, si algo les molesta, si algo les acongoja”.
En los cumpleaños de los hijos de Abigail, sus tíos, primos y abuelos les han festejado de manera simbólica. El 10 de diciembre de 2023, Ángel cumplió 11 años, el único regalo que pidió fue que regresara su mamá con vida. Literalmente la felicidad de los tres hijos de Abigail se apagó.
El pasado 3 de julio, Abigail cumplió 30 años.
“Ese día no lo dejamos pasar desapercibido, ese día fuimos a misa, fuimos al mar a dejar flores y de una u otra manera las fechas importantes para ella las estamos retomando todos en familia para apoyarnos”.
Aunado a todo, Alexis de 9 años y Ximena de 13 años padecen una discapacidad auditiva. Tras la desaparición de Abigail, ambos fueron operados por la Marina Armada de México.
Sin embargo, Alexis, el más pequeño, este 22 de octubre viajó a la Ciudad de México porque necesita una segunda cirugía.