Periodismo en Guerrero,
minado desde el poder

 

Emiliano Tizapa, Jesús Guerrero y Arturo de Dios Palma


Ejercer el periodismo en Guerrero es estar en un campo minado. Se convive en un gremio que en su mayoría carece de ética y moral. Y se enfrenta a una clase política oscura, inepta, corrupta y negligente. El derecho de informar y ser informado se convirtió en un lujo. Y no es exageración.

Hace unos días reventó una inconformidad de beneficiarios del Fondo de Apoyo de Periodistas (FAP), un programa que se constituyó en 1992 por el priista José Francisco Ruiz Massieu, 33 años después, a pesar de los discursos de cambio, este programa es abrazado por el gobierno que en cabeza la morenista Evelyn Salgado Pineda y utilizado para controlar de lo que se informa.

Resulta que varios de los integrantes difundieron una carta en la que exhortaban a la gobernadora a destituir a su secretario de Bienestar, Pablo André Gordillo Oliveros, porque en su dependencia está inscrito el FAP y supuestamente el funcionario empujó cambios con los que se pretendía expulsar a quienes superen los 60 años y a quienes son trabajadores gubernamentales.

El reproche, en la carta difundida en Facebook, es que los que serían expulsados se consideraban “cofundadores” del programa y exigían que si eran eliminados también se hiciera lo mismo con quienes trabajaban en instituciones gubernamentales y además: “A todos aquellos que reciben recursos públicos, incluyendo a quienes se encuentran en la nómina de la Dirección General de Comunicación Social del Gobierno del Estado y otras instancias similares”.

 

 

Lo expresado es vergonzoso, un escándalo normalizado, una aberración, un disparate: que personajes que se dicen periodistas estén en la nómina del gobierno del estado nos responde porque casi todos los medios están controlados, porque no hay crítica a la gobernadora ni a sus decisiones y omisiones.

El control de los “periodistas” con dinero bajo el “chayote” o el “apoyo institucionalizado” abre más dudas que certezas: ¿Qué calidad de información tenemos en los medios convencionales y en las plataformas digitales? ¿Quiénes controlan realmente lo que se informa? ¿Cómo podemos tener certeza de que a quienes vemos, escuchamos y leemos no sean parte de ese grupo de comunicadores defensores de intereses políticos (en este caso actual de los Salgado)?

Reiteramos que el FAP no es la solución para que los derechos laborales de los trabajadores de los medios de comunicación se ejerzan, esa es una falacia. Si hay medios como el periódico El Guerrero, propiedad de la familia Salgado, que no garantizan los mínimos derechos a los trabajadores es porque hay autoridad que lo permite.

Como ciudadanos desconocemos cuánto dinero gasta el gobierno de Salgado Pineda en convenios de publicidad anualmente. Desconocemos cuánto dinero, en un claro conflicto de interés, otorga el gobierno estatal al periódico El Guerrero, dirigido por la otra hija del senador Félix Salgado Macedonio, Sol Salgado Pineda.

Pero también es indignante que pseudo comunicadores estén en nómina del gobierno del estado y simulen tener la libertad de informar; recalcamos, el periodismo no es nada nuevo, pero es periodismo o no lo es, y si lo es, se ejerce con libertad y si no, es una farsa.

 

 

Seamos más explícitos, se está en las filas del gobierno o se está para informar libremente; el vaivén con el que se mueven algunos comunicadores (ser periodistas – ser titulares de Comunicación Social) es el reflejo de que no tienen escrúpulos, que su único interés es económico, “chambista”.

No caer en una oficina de comunicación social no significa que como periodista no se quiera la mejora de las condiciones para la sociedad, “el malentendido progreso” o que no se trabaje para la comunidad, por el contrario, ejercer el periodismo significa buscar un constante cambio, resaltar lo negativo de la sociedad para modificarlo, que no se repita los errores y yerros políticos, económicos, electorales, educativos, ambientales, sociales. Que se dejen de violar los derechos humanos de los más desprotegidos, de los grupos vulnerables. Que haya justicia para los asesinados, que se busque a los desaparecidos, que se castigue a quienes cometen delitos, que no haya impunidad, que el gobernante responda a sus gobernados.

El periodismo además sirve para destacar las historias ejemplares de personas que a pesar de la adversidad trascienden a su circunstancia.

Por ello el periodismo es un oficio tan importante y, al poder caciquil y a los corruptos no les gusta que se ejerza.

Otro ejemplo más burdo del control gubernamental en Guerrero sobre la prensa es la Sesión Informativa de Gabinete que inauguró Salgado Pineda. Una especie de conferencia mañanera ultra controlada, su primera edición se celebró el 18 de marzo, hasta el momento suman 14 conferencias y solo a cinco asistió la gobernadora.

 

 

El adefesio de conferencia donde no se permite preguntarle a la gobernadora de temas externos a los que decida el gaznápiro titular de Comunicación Social, René Posselt Aguirre, es un desperdicio, pero evidencia a quiénes se someten y como alfeñiques se postran al servicio del poder.

El intento de Salgado Pineda por informar resulta un embeleco, un intento mezquino; nos recuerda que no importa el partido ni colores, el Estado lo que menos busca es fomentar que la sociedad esté realmente informada.

Hoy es Posselt Aguirre con Salgado Pineda, pero antes con Héctor Astudillo Flores maniobró de igual forma para controlar a los periodistas la hoy diputada, Erika Lorena Lührs Cortés y, antes con Ángel Aguirre Rivero, Pedro Julio o con Zeferino Torreblanca Galindo, César Bajos Valverde y Manuel Nava.

En un contexto y un estado donde los vacíos de información aumentan como las zonas de silencio, informar y buscar informarse alejado del poder y el control gubernamental resulta un lujo, caminar en un terreno minado.

 


Chirrionazo


Hace un par de semanas en redes comenzó un enfrentamiento entre los equipos de Beatriz Mojica Morga y Esthela Damián Peralta, la primera senadora y la segunda subsecretaria de Prevención de las Violencias de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal. La segunda muy cercana a la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, fue su funcionaria en la Ciudad de México, ambas buscan perfilarse a contender internamente por la candidatura a la gubernatura de Guerrero por Morena en 2027.

En fin, en redes se dieron con todo, acusan a Damián Peralta de no conocer Guerrero y le recuerdan sus lazos consanguíneos con su tío, el polémico empresario Pioquinto Damián Huato; la contraparte acusa a Mojica Morga de chapulín de la política. Lo más auténtico de este pique es que los dos equipos aciertan. Habrá un tiro fuerte por esa candidatura, ya vimos caer al primero: Jacinto González Varona, quien ya le bajó tantito a su promoción personal.