Por: Arturo de Dios Palma, Jesús Guerrero y Emiliano Tizapa Lucena
Germán Reyes Reyes, ex encargado de la Secretaría de Seguridad Pública de Chilpancingo, fue vinculado a proceso por ser el probable autor intelectual del asesinato y decapitación del alcalde de la capital de Guerrero, el perredista Alejandro Arcos Catalán, sin embargo, la jueza Yolanda Mora Silva exhibió lo endeble de la investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE).
—¿Hay probabilidad de que el señor Germán haya ordenado el asesinato de Alejandro Arcos? Sí, si hay probabilidad —afirmó la jueza al dar su resolución.
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Los hechos. Comencemos por el inicio. Según la carpeta de investigación, Arcos Catalán citó a parte de su equipo de trabajo a las 11 de la mañana del 6 de octubre para ir a entregar ayuda a damnificados por el huracán John a la comunidad de Tepechicotlán. Salieron en tres vehículos. Arcos Catalán iba manejando una camioneta Grand Cherokee blindada, con él iban parte de su equipo de Comunicación Social y en los otros dos vehículos iban parte de sus 18 escoltas y otros colaboradores.
A las 11:49 de la mañana, cuando Arcos Catalán cruzaba el poblado de Petaquillas, llamó al entonces encargado de la Secretaría de Seguridad Pública, el capitán en Justicia Militar retirado, Germán Reyes Reyes.
A Reyes Reyes, Arcos Catalán lo nombró tres días antes como encargado, según la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa).
Cuando llegaron al crucero de la comunidad de Tepechicotlán, Arcos Catalán se bajó de la Grand Cherokee y le pidió al conductor de la camioneta Robust donde iba parte de la ayuda que se bajara y a partir de ahí él la conduciría. También le pidió a todos que ahí lo esperaran, incluidos sus escoltas, que iría a entregar la ayuda solo.
Arcos Catalán se adentró solo hacia Mochitlán en la camioneta Robust.
Las declaraciones de los escoltas y funcionarios, según la carpeta de investigación, coinciden en ese relato, también coinciden en que a las 5:20 de la tarde, Carlos, el hermano de Arcos Catalán, les avisó que habían hallado un cadáver decapitado en una camioneta Robust en la calle Moctezuma en la colonia Villas del Roble, frente al hotel Real Morely, en Chilpancingo.
Les pidió que se regresaran para que lo ayudaran a identificar el cadáver de su hermano en el Semefo.
El cadáver de Arcos Catalán fue abandonado a las 4:40 de la tarde frente al hotel por dos hombres vestidos de playera negra. Uno conducía la camioneta y el otro lo acompañaba en una motocicleta negra. El primero abandonó el vehículo y colocó la cabeza sobre el toldo y de inmediato se subió a la motocicleta y se fueron. Todo quedó grabado en las cámaras del hotel.
Según la necropsia, Arcos Catalán pudo haber sido asesinado 40 minutos antes de que lo abandonaran en la camioneta.
La carpeta de investigación indica que los dos hombres fueron identificados como El Michoacano y El Jimmy, pero la fiscalía no lo ha corroborado, pese a tener los videos en su poder.
A El Michoacano, la fiscalía lo acusa de ser el autor material del asesinato de Arcos Catalán.
En la camioneta, según los peritajes de la fiscalía, se hallaron una credencial del INE, tarjetas bancarias, un bote con agua manchada de sangre y, en el asiento de copiloto, el cadáver de Arcos Catalán.
Uno de los peritajes dijo que la causa de muerte de Arcos Catalán fue hemorragia masiva por decapitación. También decía que su cabeza estaba pálida, además de sus pulmones y otros órganos.
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La audiencia. El lunes 18 de noviembre se llevó a cabo en la sala dos de juicios orales en Ciudad Judicial, en Chilpancingo, la audiencia de vinculación contra Reyes Reyes. Comenzó a las 10 de la mañana. Duró nueve horas con 40 minutos. Reyes Reyes estaba vestido con una playera tipo polo azul y un pantalón de mezclilla. Todo giró a su alrededor, era ni más ni menos que el acusado de ordenar el asesinato y decapitación del alcalde de Chilpancingo, el crimen que asombró a los guerrerenses. Su rostro mostraba un gesto de tranquilidad, por momentos bromeó, hasta se carcajeó. Siempre se mostró atento, no dejó de revisar el expediente, incluso, instruyó a sus abogados. Su cuerpo expresó otra cosa: en toda la audiencia no dejó de mover insistentemente su hombro derecho, no dejó de contraer su mandíbula.
La fiscalía mostró cuatro datos de prueba para solicitar la vinculación de Reyes Reyes: la declaración de un comerciante, un correo anónimo, publicaciones en redes sociales que vinculan al ex mando policiaco con Los Ardillos y la llamada que sostuvieron ese 6 de octubre Reyes Reyes y Arcos Catalán.
La jueza desechó dos y validó dos.
En tres de los cuatro datos de prueba que presentó la fiscalía hay llamadas telefónicas que su contenido pueden ser clave para esclarecer el asesinato de Arcos Catalán. En las tres está involucrado Reyes Reyes, según la investigación de la fiscalía.
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Primer dato de prueba: El testigo único. El 27 de octubre el comerciante Domitilo Cándido Pila fue a vender frutas y verduras fuera de la iglesia de la comunidad de Petaquillas, cuando tres hombres —que identificó como Marco Antonio Osorio Castrejón, alías El Michoacano, El Jimmy y El Junior— le exigieron 500 pesos para poder ofrecerlos, les dijo que no los tenía, luego le pidieron 300, tampoco los tuvo. Entonces lo subieron a una camioneta blanca con vidrios polarizados. Recorrieron más de una hora hasta llegar a un lugar que identificó como un rancho en el municipio de Quechultenango, el bastión de los líderes de la organización criminal Los Ardillos.
Ese mismo 27 de octubre, fue desaparecido el último grupo de pobladores de Chautipan que fueron a vender trastes a la comunidad de El Epazote, en Chilapa y Tlanicuilulco, en Quechultenango. Desde el 22 ese territorio estaba casi prohibido para cualquier desconocido.
El 8 de noviembre fueron hallados los cadáveres desmembrados de once de los 17 pobladores de Chautipan en la batea de una camioneta en Chilpancingo.
El comerciante no corrió con la misma suerte que los de Chautipan.
En el camino, el comerciante escuchó que los tres hombres iban hablando sobre el asesinato del alcalde y que la orden la dio Reyes Reyes. Según la investigación de la fiscalía, el comerciante dijo que El Michoacano llamó en ese momento al ex mando policiaco y se refirió a él como “El Jefe Germán”, a quien le pidió que lo incluyera en la nómina de la Secretaría de Seguridad Pública, por eso supo su nombre completo.
Cuando estaban en lo que identificó como un rancho, un hombre al que le decían El Patrón regañó a El Michoacano, a El Jimmy y a El Junior porque habían llevado al comerciante hasta ahí, les dijo que no podían llevar a nadie porque ahí habían asesinado a Arcos Catalán.
Entonces los tres hombres lo regresaron a Petaquillas y le advirtieron que no dijera nada de lo que escuchó porque si no lo matarían. Pese a la amenaza, Cándido Pila ese mismo día fue a la fiscalía a denunciar la extorsión y la privación ilegal de la libertad, también contó todo lo que escuchó y vio. La FGE no le tomó la denuncia, sólo su testimonio donde implicaba a Reyes Reyes.
En este punto, la defensa de Reyes Reyes consideró como “inverosímil” el testimonio porque afirmó que era imposible que un hombre de 69 años de edad, con sólo educación secundaria, pudiera recordar tras una extorsión y la privación ilegal de su libertad, nombres, apodos, lugares y una conversación. Lo definió como un testigo de oídas; afirmó que el comerciante no es un testigo que pueda verificar si Reyes Reyes ordenó el crimen y menos que constate las circunstancias en las que se dio el asesinato.
“Es absurdo que le revelen un crimen a un desconocido y luego lo dejen en libertad”, dijo uno de los abogados.
En otro momento, el propio Reyes Reyes intervino para decirle a la jueza que la declaración del comerciante era la única que no estaba firmada ni al calce ni al margen. Que eso era raro si la fiscalía había decidido hacerlo de esa forma.
“¿Por qué no sustenta esos requisitos la entrevista de su testigo clave?”, cuestionó el acusado.
La jueza validó la entrevista del comerciante. Dijo que de acuerdo al procedimiento legal no es obligatorio que las declaraciones vayan forzosamente firmadas al calce y al margen. Dijo que pese a que no vio ni presenció si Reyes Reyes ordenó el crimen ni el asesinato de Arcos Catalán, si fue testigo de una conversación donde implicaron al militar retirado.
Sin embargo, la jueza afirmó que esta declaración tenía una “corroboración mínima”. Adelantó que la fiscalía en la siguiente etapa procesal tendrá que corroborar si El Jimmy y El Junior existen, si también existe el rancho y determinar si El Michoacano llamó a Reyes Reyes y saber su contenido.
Luego, lamentó que la fiscalía no haya indicado en la carpeta de investigación si el comerciante está vivo o muerto; afirmó que es necesario porque va a ser requerido para que confirme sus dichos en la próxima audiencia.
El 6 de noviembre el cadáver del comerciante fue hallado en el interior de su domicilio en la calle Xicoténcatl, en la colonia Obrera. Se desconocen las causas de su muerte.
La jueza lamentó que la fiscalía no haya protegido la identidad del comerciante.
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Segundo dato de prueba: un correo anónimo. El 12 de noviembre al correo de la fiscalía llegó un correo de un agente de la Policía de Chilpancingo que no reveló su identidad. Horas antes, había sido detenido Reyes Reyes. En el correo, el presunto agente contó que el 4 de octubre escuchó una llamada que sostenía el ex mando policiaco con El Michoacano. Un día antes, Reyes Reyes asumió el cargo de secretario de Seguridad Pública, según datos de la Defensa.
Según el correo, Reyes Reyes le dijo a El Michoacano que Arcos Catalán era un “pendejo” y que no estaba entendiendo nada, que ya le habían mandado dos mensajes, en referencia al asesinato del capitán del Ejército, Ulises Hernández Martínez, la principal propuesta para ser el titular de la SSP y del secretario general del ayuntamiento, Francisco González Tapia.
El correo anónimo, según la carpeta de investigación, dice que Reyes Reyes estaba molesto porque Arcos Catalán no accedía a entregar cargos públicos, como la Secretaría de Obras Públicas, a Los Ardillos. Después le ordenó a El Michoacano asesinarlo y que le entregara su cabeza.
La defensa argumentó que ese correo anónimo no podía ser tomado en cuenta porque no era una denuncia formal, es decir, no se conoce la identidad del denunciante.
La jueza validó el correo anónimo. Dijo que pese a que no estaba identificado había dos indicios que coincidían con la declaración del comerciante, uno: que Reyes Reyes ordenó el asesinato y que en los dos casos se dice que hubo contacto entre Reyes Reyes y El Michoacano.
Sin embargo, la jueza afirmó que la fiscalía tendrá que corroborar datos básicos que no presentó como la hora en que se realizó la llamada y si ésta se llevó a cabo, así como su contenido.
La jueza fue enfática: en la próxima audiencia el agente ya no podrá ser un testigo anónimo y tendrá que presentarse a ratificar lo que dijo en el correo electrónico.
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Tercer dato de prueba: fuentes abiertas. La fiscalía presentó una publicación hecha el 16 de octubre en la página de Facebook “Chilpancingo libre” donde se acusó a Reyes Reyes de ser integrante de Los Ardillos.
La fiscalía no presentó otro dato de prueba para confirmar el vínculo entre Reyes Reyes y Los Ardillos. La defensa pidió a la jueza desecharlo. Dijo que era de miedo que la fiscalía culpara a algunas personas por una acusación anónima en redes sociales.
La jueza lo desechó, argumentó que el dato de prueba no estaba corroborado y que su veracidad era muy frágil. Dijo que la fiscalía tuvo que haber investigado la publicación, es decir: de entrada, definir si la página no es falsa, identificar a quién o quiénes la hicieron, su ubicación e incluso hasta la del apartado desde donde se hizo. Nada de eso estaba incluido en la carpeta de investigación.
“Qué miedo que por una publicación de Facebook, sin corroborar, me quiera la fiscalía vincular”, dijo Reyes Reyes.
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Cuarto dato de prueba: la llamada. El 6 de octubre a las 11:49 de la mañana, Reyes Reyes y Arcos Catalán sostuvieron una llamada telefónica. Duró apenas 1 minuto con nueve segundos.
Según la carpeta de investigación, la FGE ubicó esa llamada como resultado de un peritaje técnico al celular de Arcos Catalán.
El estudio de geolocalización ubicó al momento de la llamada el celular de Arcos Catalán en la comunidad de Petaquillas y el de Reyes Reyes a una distancia cercana, en el centro comercial Liverpool. Esa cercanía significó un indicio para acusar a Reyes Reyes.
La fiscalía, como en las otras dos llamadas, tampoco presentó un dato adicional, menos su contenido.
En este punto, Reyes Reyes afirmó que esa llamada se la hizo Arcos Catalán. Según la línea de tiempo que ha marcado la investigación, en ese momento el edil estaba apunto de partir solo hacia Quechultenango.
Reyes Reyes dijo que su ubicación fue cercana a la de Arcos Catalán porque vive en la colonia Balcones de Tepango, cerca de Petaquillas.
Luego le dijo a la jueza que en el estudio que realizó la fiscalía se detectó que, antes de que lo incomunicaran, el celular de Arcos Catalán tuvo 18 actividades entre llamadas que recibió e hizo. De esas, dijo, el experto que hizo el estudio sugirió que se revisaran seis números que le llamaron la atención, entre esos, afirmó, no está el suyo.
La jueza desechó la llamada telefónica como un dato de prueba. Dijo que la fiscalía no podría implicar a todos los que Arcos Catalán habló ese día. Dijo que era insuficiente y afirmó que si ese criterio lo siguiera entonces deberían implicar a la esposa del edil, a sus hermanos porque de seguro hablaron con él.
“Para que esa llamada tenga importancia necesitamos saber qué hablaron y el tono en que lo hicieron” definió la jueza.
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La resolución. La jueza justificó su resolución por dos coincidencias que halló en la entrevista con el comerciante y el correo anónimo. En ambos datos de prueba se menciona a Reyes Reyes como el autor intelectual del asesinato y la presencia de El Michoacano.
Dejó en claro la fragilidad de la investigación: “lo que ha investigado la fiscalía es mínimo”. Sin embargo, le resultó suficiente para vincularlo a proceso.
En su resolución la jueza hizo una larga lista de las omisiones y faltantes en la investigación de la fiscalía. Por ejemplo, dijo que en el levantamiento del cadáver de Arcos Catalán, hicieron hallazgos que la FGE no ha corroborado.
Se refirió al bote de agua manchado de sangre hallado en la camioneta donde abandonaron el cadáver del edil. Preguntó por qué a más de 40 días no se sabía a quién corresponde esa sangre.
“Eso lo tuvieron que haber hecho o cotejar con el banco de sangre que tiene”, le dijo a la agente del Ministerio Público.
Luego, dijo la jueza, un perito halló huellas en las dos puertas y el volante de la camioneta Robust y tampoco ha definido de quién son.
También le dijo que tampoco ha identificado plenamente a los dos hombres que abandonaron el cadáver fuera del hotel, pese a que cuentan con los videos.
“En los videos hasta se hace un zoom a los hombres, ¿por qué no los han identificado?,¿por qué no sabemos quienes son?, ¿si es de verdad El Michoacano?”, dijo.
La jueza se fue a lo más básico, dijo que la fiscalía aún no ha podido definir la forma en que fue asesinado Arcos Catalán: “dicen que fue decapitado, pero ¿con qué lo decapitaron? ¿Con un cuchillo? ¿Con qué?”.
Pidió a la fiscalía investigar por qué los escoltas de Arcos Catalán lo dejaron ir solo cuando su única función era cuidarlo y por qué no fueron a buscarlo cuando vieron que no regresaba. También pidió corroborar las declaraciones de los escoltas y funcionarios que acompañaron al edil hasta Tepechicotlán.
“Todos dicen que el hermano de Alejandro les avisó que se regresaran, ¿Cómo fue eso? ¿Les avisó a todos al mismo tiempo? De entrada, la fiscalía tiene que verificar si en esa zona hay servicio de internet o de llamadas”.
La jueza lo reiteró, la investigación de la fiscalía es mínima que ni siquiera puede corroborar el móvil del crimen: que a Arcos Catalán lo asesinaron porque no accedió a dar cargos a Los Ardillos.
La fiscalía solicitó tres meses para la investigación complementaria, la defensa se negó; dijo que uno era suficiente. La jueza ordenó la próxima audiencia para el 18 de diciembre.