Borrar pensamiento critico en la Uagro,
otra herencia de Saldaña

 

Emiliano Tizapa, Jesús Guerrero y Arturo de Dios Palma.

 

Todos somos testigos de cómo en la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) se está matando el pensamiento crítico. La crisis ha llevado a que los jóvenes vean como su última opción estudiar una licenciatura en la universidad que se refleja en la bajísima matrícula en algunas carreras y como consecuencia la degradación de licenciatura a profesional técnico universitario.

Decir que se está matando el pensamiento crítico puede que se lea absurdo, pero lo es y es algo sumamente peligroso.

Resulta que la licenciatura en Sociología vive una modificación ante la baja captación de estudiantes, por ejemplo, actualmente los de primer año apenas son cuatro alumnos: tres hombres y una mujer. Cursan el segundo semestre y la única mujer ya busca como traspasarse a la licenciatura en Derecho.

Por ello la universidad ahora propone que Sociología pase de estudiarse en cuatro años a solo dos de manera semiescolarizada, pero al concluir, el estudiante no será licenciado sino un técnico.

La carrera de Filosofía parece tener el mismo rumbo, al igual que las de Historia y Literatura. El problema para algunos es sistemático, ya que para el capitalismo estas materias educativas no generan un ejército de licenciados listos para ser parte de la cadena de producción de riqueza o para administrarla y, por lo tanto, a nivel global tienden a desaparecer.

La caída de la matrícula no es algo nuevo en la Uagro. Va en picada desde hace diez años. El documento elaborado por la propia universidad “Tendencia de estudiantes de primer ingreso y matrícula total del nivel Superior 2013-2023 y su costo promedio por alumno”, lo muestra. 

Por ejemplo: la licenciatura de Geografía en 2013 tenía una matrícula de 154 estudiantes, en 2023 bajó hasta 23. Mientras que en caso de los de nuevo ingreso, en 2013 llegaron a esa escuela 26, en 2023 ninguno. Y en 2022 fue lo mismo: ningún estudiante se inscribió. 

En la licenciatura de Filosofía en 2012 tenía una matrícula total de 104; en 2023 de 58. En el caso de los estudiantes de nuevo ingreso en 2013 era 28, en 2023 apenas 14. 

En la licenciatura de Historia en 2013 la matrícula total era de 311, diez años después cayó hasta 114. Los de nuevo ingreso en 2013 fueron 69 para 2023, apenas 35.  

En Antropología Social en el ciclo escolar 2023-2024 se inscribieron apenas tres estudiantes. En la licenciatura de Matemáticas Educativa la matrícula pasó de 171 a 60. En el anterior ciclo también se inscribieron tres. 

 
 

 

En la licenciatura de Economía en 2013 la matrícula era de 812, una década después se redujo a 490. En el caso de los estudiantes de nuevo ingreso, en 2013 eran 211, en 2023 88.

La escuela de Ciencias de la Comunicación pasó de una matrícula de 647 a 459, mientras que en el ingresó cayó de 157 a 76 estudiantes.  

Sin embargo, en la Uagro hay responsables con nombre y apellido, si bien es cierto que la decadencia en Filosofía se vio marcada a raíz de la pandemia de Covid-19 que provocó, incluso, que la generación que debía graduarse en 2021 no saliera nadie, toda esa generación se esfumó cansada de las clases en línea.

Por ello es relevante cuestionar: ¿Qué tan importante es rescatar licenciaturas como Filosofía o Sociología?, ¿Qué tan necesario es generar una sociedad pensante?

Joel, un joven egresado de esta escuela junto a otros egresados y estudiantes formaron la delegación en Guerrero de la Comunidad Mexicana de Estudiantes de Filosofía (Comefi) para promover y producir la divulgación filosófica.

Las razones de Joel para regresar a su facultad y sacudir el desánimo entre los estudiantes se debe a que en las calles observó el “poco pensamiento crítico y los pocos espacios en los que se puede dar este pensamiento”.

“La universidad es uno de los pocos espacios en los que se puede dar esto. Entonces, que se disminuya la carrera e incluso ya después que se llegue a pensar en cerrarla, me parecería algo preocupante”, sostiene Joel.

Como parte del Comefi, Joel ayuda a los estudiantes, les recomienda lecturas y les guía en dudas.

Pero Joel también hace un balance, si hay una baja de matrícula no sólo se debe a los jóvenes sino en su paso por la universidad se dió cuenta que la pedagogía de los docentes no era la más atractiva, además la educación en línea no cruza la barrera de la simulación de escuchar-aprender y no concreta que los jóvenes realmente aprendan.

Además, sostiene que la universidad promueve muy poco la carrera, no hay actividades extracurriculares y tampoco “hay mucha interacción ni vinculación” a los problemas sociales de Guerrero.

 
 

 

La desarticulación no es gratuita. Durante los 12 años en los que ha sostenido Saldaña Almazán el poder de la rectoría su intención ha sido debilitar la infraestructura y el cuerpo académico.

La respuesta desde la rectoría a cualquier petición de ayuda económica para las carreras de Filosofía, Sociología, Literatura e Historia es que no hay dinero.

Eso sí, las imposiciones de rectoría están a la orden del día. Quién apoya a Saldaña Almazán tiene un puesto o su tiempo completo asegurado. Hay docentes jóvenes a pesar de que el último examen de oposición fue en 2014, ¿cómo es posible estos nuevos ingresos? Solo Saldaña Almazán lo hace posible.

La desarticulación de profesores, alumnado, coordinadores y dirección de esta unidad académica ha sido gestada desde la cúpula de rectoría.

Se vota por delegados a modo, bajo la falsa unidad. Se llevan las riendas de las escuelas con decisiones entre la dirección y las coordinaciones sin tomar en cuenta a los profesores sin informarles nada, sin tener asambleas.

Saldaña Almazán se ha encargado de acabar con la crítica hacia su cacicazgo, entonces ¿Cómo esperar que haya pensamiento crítico en una universidad donde ser crítico no está permitido, no se fomenta y mucho menos se enseña?

Los cambios de toda la estructura saldañista a la Uagro ha trastocado incluso el contrato colectivo del trabajo de los trabajadores académicos, busca permear específicamente la jubilación –disminuyendo 32 días por cada año laborado–, lo hizo mediante un engaño en una supuesta consulta.

¿Por qué Saldaña Almazán busca quedarse con más presupuesto?, ¿Acaso es para comprar más conciencias?, ¿Hasta dónde será sostenible para la Uagro el modelo saldañista?, ¿Por qué los jóvenes han dejado de ver en la universidad como una opción real para estudiar una licenciatura?

Este pasado viernes un grupo de 300 académicos tramitaron un amparo ante las instancias judiciales para defenderse del atropello saldañista contra el contrato colectivo del trabajo.

La disidencia académica sigue siendo menor en número. Por ello que un grupo de jóvenes se organicen para promover la filosofía como el caso de Joel y sus amigos, con el objetivo de pensar, es más que valioso, necesario y admirable.

Lo crítico para Guerrero es que estos espacios estudiantiles vinculados siempre a los movimientos sociales estén siendo deteriorados, soterrados. Es un mal síntoma que en nuestra sociedad haya menos jóvenes que aspiren a pensar, a conocer la historia, interesados en entender los fenómenos sociales. Por ello, tal vez, seremos testigos de la muerte del pensamiento crítico en nuestras universidades.

 
 

 

 
 
 

Chirrionazo

Resulta que la ex alcaldesa de Chilpancingo, la morenista Norma Otilia Hernández Martínez sigue con su campaña para limpiarse la cara. Esta vez acudió a una entrevista en Milenio televisión para promover su propuesta de desaparición de poderes en los municipios controlados por el crimen organizado.

La ex edil no tiene vergüenza y mucho menos dignidad, recordar que cuando fue exhibida en videos, fotografías y audios de su encuentro con el líder de la organización criminal Los Ardillos, Celso Ortega Jiménez, varios actores políticos pidieron que pidiera licencia para que fuera investigada.

Ella se negó y refutó que era víctima de violencia política de género, ¿por qué no pidió que desaparecieran los poderes cuando gobernó y el crimen organizado la rebasó?

Es necesario recordarle a la alcaldesa que tras ser difundido su presunto pacto del rastro municipal y el no cumplimiento de los acuerdos con la organización criminal, se desató una ola de violencia que paralizó varias semanas a la capital de Guerrero por los asesinatos de transportistas y vendedores de pollo.