Por: Jesús Guerrero, Emiliano Tizapa Lucena y Arturo de Dios Palma.
La alcaldesa de Chilpancingo, la morenista Norma Otilia Hernández Martínez, repite hasta la saciedad que dejará el cargo por la puerta grande y con las manos limpias.
Eso es imposible.
Por la única puerta grande por la que saldrá, si es que la dejan, será la del ayuntamiento. No habrá otra. Norma Otilia, como le gusta decir a los morenistas, no transformó Chilpancingo, al contrario: nos regaló varios de los peores capítulos en la historia de la capital.
Además, la Auditoría Superior del Estado (ASE) tiene otros datos que muestran que las manos de Norma Otilia no están muy limpias.
Este febrero, la ASE concluyó una auditoría al gobierno de Norma Otilia y detectó graves irregularidades financieras por presuntos malos manejos de los recursos públicos del ejercicio fiscal 2023.
La ASE revisó 34.69 por ciento de un universo seleccionado de mil 181 millones 816 mil 472 pesos que el ayuntamiento capitalino ejerció en 2023, es decir 409 millones 935 mil 502 pesos.
Acá viene el listado de irregularidades que halló la ASE:
1) Norma Otilia ejerció 302 millones 359 mil 739 pesos sin contar con la autorización presupuestal, debido a que hubo modificaciones en su aprobación en el cabildo, que consta en las actas con fechas 22 de agosto de 2023 y 15 de abril de 2024.
2) No entregó los estados de cuenta bancarios de 409 millones 935 mil 502 pesos que transfirió la Secretaría de Administración y Finanzas del gobierno del estado por concepto de participaciones federales.
3) Tampoco proporcionó a la ASE los informes del concentrado de nómina de sueldos, compensaciones y demás remuneraciones que no cuentan con documentación comprobatoria.
4) La ASE no halló la documentación comprobatoria del pago de 48 millones 182 mil 760 pesos de retenciones de cuotas y aportaciones al Instituto de Seguridad Social de los Servidores Públicos del Estado de Guerrero (ISSSPEG).
5) Tampoco halló documentación por otros 4 millones 374 mil pesos del rubro de participaciones federales que supuestamente utilizó en 2023 para la adquisición de bienes y contratación de servicios.
6) Norma Otilia contrató una deuda pública con un monto de 22 millones de pesos, pero omitió entregar el acta de sesión de cabildo en la que consta la contratación y la aplicación del recurso.
7) Nunca respondió al requerimiento de entrega de la documentación de la comprobación de la compra de bienes muebles con un monto de 7 millones 347 mil 795 pesos.
“No fue factible verificar si fueron integrados en el inventario de bienes muebles e inmuebles y si cuentan con el respectivo resguardo en razón de que la entidad fiscalizada (ayuntamiento de Chilpancingo) no proporcionó información ni documentación para atender el requerimiento”, dice el informe de la ASE.
Por estas irregularidades financieras, la ASE emplazó al gobierno de Norma Otilia a reintegrar 94 millones 243 mil 897 pesos, más los intereses generados desde su disposición hasta su reintegro a la cuenta bancaria de participaciones federales.
Los desvíos de recursos públicos que detectó la ASE a la administración de Norma Otilia, son sólo un botón de muestra de la podredumbre que existe en este gobierno municipal que concluye con más pena que gloria el 30 de septiembre próximo.
En 2023, varios regidores, algunos de Morena, denunciaron la falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos y la manera discrecional en que los utiliza la alcaldesa, además del poder que le otorgó a su pareja sentimental, Diego Omar Benigno González.
En el ayuntamiento de Chilpancingo todos saben que Benigno González palomea a las empresas constructoras que realizan las obras sociales.
“El visto bueno”, obvio, está condicionado a que los dueños de las empresas “beneficiadas” le entreguen hasta un 20 por ciento de comisión.
Las funciones que tiene Benigno González son parecidas a las que asume en el gobierno de Evelyn Salgado Pineda su pareja sentimental y jefe operativo de la Oficina de la Gubernatura, Rubén Hernández Fuentes, quien también decide a que empresario se le asignan las obras del gobierno del estado.
El año pasado una de las denuncias que se ventiló en una sesión de cabildo de Chilpancingo fue el destino de 10 millones de pesos que no se ejercieron para la compra de diez patrullas para la Policía Municipal.
El cabildo aprobó que se adquirirían 13 patrullas con un precio estimado de un millón por cada una, pero sólo se compraron tres.
¿Dónde quedaron los otros diez millones de pesos?— preguntó una regidora en esa sesión del cabildo.
A meses de concluir esta administración, la ciudadanía continuó padeciendo la ineficiencia en los servicios públicos como la recolección de basura y el abasto de agua, pero lo más grave fue la inseguridad.
Desde 2006, con los gobiernos de los entonces priístas Mario Moreno Arcos (quien gobernó en dos períodos), Héctor Astudillo Flores, Marco Antonio Mena Leyva y el perredista Antonio Gaspar Beltrán, los grupos de la delincuencia organizada han tenido en jaque a la capital.
Chilpancingo pasó de ser una ciudad de las más tranquilas del país a una de las más inseguras.
Los informes del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) que se han publicado en los últimos años aseguran que la gente de Chilpancingo se siente insegura vivir en esta ciudad por la violencia.
Desde el gobierno del defenestrado Ángel Aguirre Rivero, en esta capital se han puesto en marcha operaciones con fuerzas de seguridad federal y estatal pero la violencia no para hasta nuestros días.
Desde los gobiernos anteriores al de Norma Otilia, era notoria la omisión de los alcaldes para poner freno a las organizaciones criminales.
A lo mejor los ediles de esos períodos hacían pactos soterrados con los líderes de los grupos criminales, que es lo más seguro, aunque nunca se comprobó.
¿Los jefes de estas organizaciones habrán grabado vídeos o audios de las reuniones con los ex alcaldes?, ¿Por qué antes no se difundieron esos videos en las redes sociales o acaso ellos sí cumplieron los acuerdos pactados con los grupos criminales?
A dos meses de que Norma Otilia deje el poder municipal, no puede ser su argumento que se va con las manos limpias, basta con recordar que en julio de 2023 una bomba estalló en las redes sociales al difundirse un audio y fotografías de una conversación entre la alcaldesa con un hombre armado.
Días después saltó un segundo video en las redes sociales donde se ve a Norma Otilia y a su esposo sentados y platicando con un hombre que está frente a ellos.
La Fiscalía General del Estado (FGE) que entonces dirigía la teniente coronel, Sandra Luz Valdovinos Salmerón, filtró la información de que ese individuo que portaba un arma fajada en la cintura era Celso Ortega Jiménez, líder de la organización criminal Los Ardillos.
Con la difusión del audio y el video la vorágine de violencia en las calles de Chilpancingo aumentó, prácticamente la ciudadanía empezó a vivir un toque de queda porque se avivó la pugna entre los grupos del crimen organizado de Los Ardillos y Los Tlacos.
En 2024, un hombre que se identificó como Celso Ortega fue entrevistado por un reportero del portal de noticias Latinus y reveló que si había tenido una reunión con la alcaldesa Norma Otilia, con quien había acordado que su organización manejara administrativamente el rastro municipal de Chilpancingo, pero la edil incumplió el pacto.
En esa misma entrevista, quien se dijo ser Celso Ortega, aseguró haberse reunido con el consejero estatal de Morena, Galdino Nava, quien habría acudido con él en representación del senador, Félix Salgado Macedonio, papá de la gobernadora Evelyn Salgado.
En julio de 2023, la entonces fiscal Sandra Luz Valdovinos, declaró que se hacía una investigación sobre el video y audio en los que Norma Otilia aparece con el presunto líder de Los Ardillos.
De los vídeos pasó más de un año, la FGE y la Fiscalía General de la República (FGR) han ocultado la investigación que supuestamente tienen en curso, la alcaldesa Norma Otilia insiste que no tiene ninguna indagatoria en su contra y que varias veces ha comparecido, según ella, “voluntariamente”.
Norma Otilia está segura que se irá del cargo campante, en los últimos días se ha reunido en actos políticos junto con líderes morenistas opositores al clan de los Salgado.
Entre ellos, los diputados locales, Nora Velázquez y Alfredo Sánchez Esquivel; el consejero morenista, Galdino Nava, este grupo que apoya a Alfonso Ramírez Cuéllar para la dirigencia nacional de Morena.
A pesar de que la alcaldesa anda en el activismo, en la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del CEN de Morena está pendiente una resolución de una sanción, que podría ser su expulsión, por la reunión con el líder de Los Ardillos.
CHIRRIONAZO.
Jacinto González Varona dirigente estatal de Morena de verdad cree que puede ser gobernador en 2027, tan es así, que comenzó a pagar por varias bardas pintadas en Chilpancingo hablando bien de él, donde le agradecen por los resultados electorales.
Con un ego gigantesco, los militantes de Morena deberían replantearse si mantienen a Jacinto González con doble cargo, dirigiendo al partido y como diputado local otros tres años. ¿No se suponía que eso no se podía en Morena por sus estatutos? Además, ¿también le deberíamos agradecer por los alcaldes omisos y las olas de violencia que se viven en Guerrero?
Por cierto, quienes se van a dar con todo en los próximos días son los ex priístas, ex morenistas y ex perredistas por la dirigencia de Movimiento Ciudadano en Guerrero: ya comenzaron los chantajes, los pactos, los acuerdos, las alianzas y las traiciones. Estaremos atentos.