Norma Otilia, retrato de la impunidad

Arturo de Dios Palma, Emiliano Tizapa y Jesús Guerrero.
El cinismo en la clase política guerrerense es indestructible.
Pueden sumergirse en el fango más hediondo, someterse al designio del cacique, aunque sea indigno e inmoral. Pueden ser sorprendidos con las manos llenas de lo malhabido, pactar a costa de la vida de los pobladores y… no pasa nada.
Sólo esperan a que todo se olvide. Vuelven en la siguiente campaña buscando el siguiente cargo. Y comienzan de nuevo su ciclo de abuso, de corrupción, de cinismo.
Así lo han hecho —así lo ha permitido la sociedad— durante décadas, los ejemplos se derraman, son excesivos. Es la regla en la clase política guerrerense.
La ex alcaldesa de Chilpancingo, la morenista Norma Otilia Hernández Martínez está intentando volver al siguiente cargo. Calculó que a todos se les olvidó su paso por el ayuntamiento de la capital.
En las últimas semanas, Hernández Martínez ofreció entrevistas en busca de lavarse la cara. Sacudirse ese fango hediondo donde todos vimos que se sumergió. El gobierno de la morenista quedó marcado. Todos la recordamos por un solo momento: ese video donde saluda amigablemente al presunto líder de la organización criminal Los Ardillos, Celso Ortega Jiménez.
Casi nadie se detiene a recordar si Hernández Martínez hizo algo por Chilpancingo, ni si quiera —y esto es algo que sí se debe hacer— a revisar los actos de corrupción que dejó su gobierno. Todos la recuerdan sentada en la mesa con el líder de Los Ardillos.
En la última entrevista, con la presentadora de noticias Azucena Uresti, Hernández Martínez se volvió a sumergir en un fango hediondo. Mintió. Intentó manipular, pero también reconoció lo que todos ya sabíamos.
La entrevista tuvo un valor periodístico, Hernández Martínez lo dijo, salió de su boca lo que todos vimos: sí se reunió con Celso Ortega Jiménez, líder de Los Ardillos. Ese reconocimiento no es menor. Todo lo demás se trató de un intento de manipular, de lavarse la cara, de querer colocarse en un lugar que en ninguna circunstancia le corresponde: ser víctima.
“Estoy aquí porque me han juzgado cruelmente, sin tener esa defensa para decir porque nos reunimos. Me reuní para pacificar y no me volvería a reunir”, dijo Hernández Martínez a la presentadora.
Esa frase está llena de mentiras, de manipulación.
¿De verdad se le ha juzgado cruelmente? Después de haber sido exhibida en los videos, ¿qué esperaba? ¿La aprobación de la población? La relación entre políticos y criminales es una realidad, es muy estrecha, muchas veces tanta cercanía provocan confusión entre quién es uno y quién es el otro. Pero lo que no pueden pedir los y las políticas es que se normalice esta relación, que minimicen sus encuentros, que se trivialicen. Eso no se puede aceptar.
A Hernández Martínez no se le ha juzgado cruelmente, se le hizo una crítica, un cuestionamiento directo a un acto intolerable. La ex alcaldesa en cambio está libre, haciendo campaña, buscando el siguiente cargo, sin ser investigada mucho menos sometida a un juicio. No se le juzgó cruelmente, la protegieron duramente.
La Fiscalía General de la República (FGR) y la Fiscalía General del Estado (FGE) tuvieron que haber investigado a fondo, porque ese video puede ser apenas costra que tapa toda la pus, la podredumbre.
Porque hay que decirlo, Hernández Martínez no es la única que se ha reunido ni con el líder de Los Ardillos ni con otros criminales. Eso es un acto perenne en la clase política. La diferencia es que la ex alcaldesa fue grabada y exhibida.
Con el líder de Los Ardillos hay otros videos que también han exhibido a otros políticos como al ex alcalde de Tixtla, Hossein Nabor Guillén.
El video de Nabor Guillén salió en esas mismas fechas donde fue exhibida la ex alcaldesa, incluso fue grabado en el mismo lugar, en un restaurante en la comunidad de San Martín en el municipio de Quechultenango y no a 10 minutos de Chilpancingo como Hernández Martínez dijo en la entrevista.
Nabor Guillén, al igual que la ex alcaldesa, anda libre, sin ser investigado, en 2024 intentó ser diputado local por Morena y en febrero de este año se reintegró al gobierno de la morenista Evelyn Salgado Pineda como subsecretario de Política Social de la Secretaría de Bienestar.
Salgado Pineda lo reintegró a su gobierno a pesar de que todos lo vimos abrazados con el líder de Los Ardillos.
¡Así de cruel se juzga a los políticos en Guerrero!
El reconocimiento de la reunión con el líder de Los Ardillos de parte de Hernández Martínez tiene valor indiscutible: ahora ningún otro político exhibido en videos podrá negar que se reunió con Ortega Jiménez.
En la entrevista con Azucena Uresti, la ex alcaldesa dijo que estaba ahí porque la juzgaron “sin tener esa defensa” para decir porque se reunió con el líder criminal.
Eso es mentira. Los videos comenzaron a circular en las redes sociales en julio del 2023, Hernández Martínez siguió en la alcaldía un año y tres meses más. Durante ese tiempo, todos los lunes encabezó conferencias de prensa donde el cuestionamiento fue reiterado sobre su encuentro con el líder criminal: ¿quién era el hombre con el que aparecía en el video? ¿Cuáles fueron los motivos de la reunión? Siempre se negó a responder. Dijo que la investigación ya estaba en las fiscalías y sus declaraciones podrían entorpecerla. Lo que sí dijo fue que se reunió con un líder comunitario y que el encuentro fue fortuito. Mintió.
Pero: ¿Cómo pudo ser fortuito el encuentro si fue a buscar la pacificación, algo tan importante para el municipio?
La conferencia de prensa que encabezaba todos los lunes Hernández Martínez la hacía con recursos públicos, utilizando toda la infraestructura del ayuntamiento y, demás: la mayoría de los reporteros y reporteras que asistían eran afines. Tuvo el escenario ideal para dar su versión, para “defenderse”, sin que la juzgaran cruelmente.
De entrada que diga que se quiere defender es mucho cinismo. ¿Defenderse de qué? ¿Quién la atacó? Hernández Martínez apareció junto con su esposo, Benigno González, en ese video por su voluntad, se ve cómo platicó fluidamente y con gran amabilidad, no se vio forzada, mucho menos incómoda.
No debería “defenderse”, debería dar una explicación precisa de qué acordó, qué pactó con ese líder criminal. Que explique cuál es su verdadera relación con Ortega Jiménez. Que explique si alguien más la mandó.
Hernández Martínez antes de intentar “defenderse” debería tener claro que su papel como alcaldesa era combatir a los criminales, no reunirse con ellos.
En la última parte de la frase, Hernández Martínez dice que se reunió porque buscaba pacificar Chilpancingo. ¿Recuerdan cómo comenzó todo? Con una masacre. La madrugada del 24 de julio del 2023 integrantes de Los Ardillos dejaron siete cadáveres desmembrados en una camioneta frente a la plazuela del tradicional barrio de San Mateo. Los cráneo de dos cadáveres fueron dejados sobre el toldo del vehículo. También una cartulina con un mensaje.
“Saludos Presidenta Norma Otilia, sigo esperando el segundo desayuno que me prometiste después de que viniste a buscarme. Con cariño, tu amigo”.
Luego vino la exhibición de los videos, luego una violencia insoportable: por lo menos unos 20 de choferes fueron asesinados, unos seis quemados vivos dentro de sus unidades. El horror se sembró: la ciudad de paralizó, el servicio del transporte público se suspendió, las clases, el comercio bajó sus cortinas. Las calles se vaciaron. La ciudad fue una desolación.
¿Esa fue la pacificación que fue a buscar? Porque no la buscó como una autoridad la debe de buscar: haciendo su trabajo, previniendo los delitos, reduciendo la impunidad a los criminales, iluminando las calles, clausurando los bares donde se vende droga, vigilando los comercios para que no los extorsionen, patrullando de verdad las calles. Limpiando y depurando la Policía Municipal. No hizo nada de eso. Al contrario, la ciudad se volvió a paralizar y Los Ardillos se apoderaron de la ciudad, la tomaron una vez y apenas lo volvieron a hacer.
Los Ardillos han llegado muy lejos: al próximo alcalde, el perredista Alejandro Arcos Catalán, lo asesinaron brutalmente.
En un trabajo que publicó el portal de noticias Latinus, un hombre que dijo ser Celso Ortega Jiménez, entre otras cosas, afirmó que en el desayuno, Hernández Martínez le fue a ofrecer el rastro municipal, es decir: que Los Ardillos impusieran la extorsión a los matanceros, distribuidores y vendedores de carne.
Sería bueno, ya que reconoció que se reunió con el líder de Los Ardillos, que dijera si el hombre que presentó Latinus como Celso Ortega Jiménez es en realidad Celso Ortega Jiménez, ayudaría a entender muchas cosas más.
En casi toda la entrevista, Azucena Uresti fue insistente con un tema que por momentos lo metió como cuestionamiento y en otros como comentario y en unos más como especulación.
“Ya me había dicho que buscaría ser candidata a gobernadora”; “¿vas a buscar ser gobernadora?” ¿Si fueras gobernadora se volvería a reunir con un líder criminal?, preguntó la presentadora.
¿De verdad la presentadora ve cómo candidata a la gubernatura a Hernández Martínez?
¿O hablar de su posible candidatura es una forma de darle la vuelta a la página? Piensa que con hablar de su negro pasado queda todo saldado.
Ojalá que los guerrerenses no vayan olvidar tan pronto el papel de Hernández Martínez como alcaldesa de Chilpancingo. Que la ex alcaldesa esté operando para buscar un próximo cargo es un muy mal signo para la sociedad, es un mensaje cruel: en este Guerrero un político o política se puede reunir con criminales, ser exhibido en videos, reconocerlo y al final no pasará nada. La impunidad está garantizada. Así, Guerrero está condenado.
Chirrionazo
En la discusión en el Senado para la aprobación de los magistrados electorales, Félix Salgado se echó una frase que pinta lo que es: un cacique.
“Cuando los opositores tengan mayoría ustedes podrán elegir a los magistrados”, soltó el mandamás en Guerrero.
Como no iba estar contento Félix si uno de los magistrados electorales para Guerrero nombrados por la mayoría legislativa de Morena y sus aliados PVEM y PT es César Salgado Alpízar, amigo de su hija Evelyn Salgado Pineda y hasta octubre del 2024 era el Consejero Jurídico de su gobierno.
Así sin tener otros méritos que solamente ser allegado a los Salgado, el abogado morelense César Salgado ya es magistrado del Tribunal Electoral Estatal.
Ya se sabrá las resoluciones de controversias electorales que hará este muchacho César. Obvio a favor de Morena. ¡Y luego dicen los de la 4T no son iguales que el PRI, PAN o PRD!




