“Se siente el respeto
y el amor”
Texto: Leti Lo
Fotografía: Ireri Arellano Acosta
La Marcha del Orgullo, del pasado sábado 28 de junio, mueve emociones:
“La marcha estuvo súper padre. Vibra súper cañona. Todo muy buena onda. Se siente la vibra de las personas, el respeto y el amor”, comenta un joven, que iba con un grupo de “amigues” en el metro.
“Nos la pasamos muy bien en la marcha, nos gustaron los carros alegóricos. En esta ciudad sí hay inclusión en los últimos años”, dice una chica que camina con su novia.
“Voy a la marcha porque me siento libre, me siento cómoda, me siento tranquila. En la vida cotidiana normalmente no hay respeto hacia la diversidad. Nos encontramos con personas que son sumamente homofóbicas, pero hay personas que están a favor, son como 50 por ciento a favor y 50 por ciento en contra”, explica otra muchacha.
Una familia completa acudió a la marcha: “Vamos para apoyar”, resalta la mamá.
“La marcha estuvo divertida, bonita. Iban chavos sin importarles lo que dijeran de ellos, salían vestidos de mujer, o así”, explica la hija mayor.

—¿Les gusta que la ciudad sea inclusiva?
—Síííííí, responden al unísono. La más emocionada es una niña, como de 10 años.
—Los hombres salieron así, sin nada, encuerados, indica con admiración la menor.
—No importa la exclusividad, ahí todos apoyan; en ese aspecto está bien porque los dejan expresar lo que es, sea como sea, resalta la madre.
Sin embargo, algunos lamentaron que aún hay discriminación: “A veces hay gente homofóbica en este país y no ayudan en nada, la verdad”, indica una joven.
En esta ocasión la marcha llevaba dos ramales: el apoyo de la gente mayor (contingentes de madres lesbianas, abuelos que acompañaban a sus nietos, mayores trans…) y la diversidad de la diversidad de la diversidad.
Por Reforma, Madero, Zócalo, e, incluso en el Metro, ondeaban banderas que representaban la diversidad sexual; incluso, la asexualidad.
El movimiento LGBT+ (lesbianas, gays, bisexuales, trans y más) y en ese más va el universo.
La bandera arcoíris es la más conocida e inclusiva. Es usada desde 1978, fecha en que Gilbert Baker la diseñó para celebrar el Día del Orgullo, en San Francisco, Estados Unidos.
Ahora se alza multiplicidad de combinaciones de colores en las banderas: lésbica, bisexual, trans, intersexual, asexual, pansexual, polisexual, género no binario, entre otras, incluyendo en algunas colores que representan elementos raciales.
La maternidad diversa e inclusiva es visible. En la vanguardia de la marcha va la Red de Madres Lesbianas en México.
En los contingentes se aprecia el acompañamiento familiar, desde un joven con su abuelo, unas muchachas con su mamá, que porta un cartel de apoyo: “Soy una mamá orgullosa de todos ustedes”. Otras expresan: “Abrazos de mamá con todo el orgullo y todo el amor”, “Hijo, ámate; sé valiente, libre y feliz”.
Desde el cartel más pequeño hasta la manta más elaborada se transmite simpatía al movimiento: “La diversidad nos enriquece, la inclusión nos fortalece”, “Soy un hombre libre, y mi existencia es un acto de resistencia”, “Sé quien eres y da lo mejor de ti”, “No necesito ser gay para saber que la homofobia es un error”, “La homosexualidad no es contagiosa, que se te antoje es otra cosa”. También los infaltables: “Love is love” y “Mi identidad no cabe en un clóset”.
Y entre la batucada, la alegría y el colorido hubo demandas de seguridad: “Que ser mujer trans no me cueste la vida”, “Verdad y justicia para nuestros desaparecidos LGBTI+”.
Como encore, tres jóvenes hermanos circulaban con una bandera de la comunidad bisexual (franjas horizontales rosa, púrpura y azul) con un mensaje escrito a mano: “Vengo en honor de mi hermano fallecido”.
Esta marcha agridulce deja un mensaje en el aire: ¡Qué viva la diversidad y el respeto! ¡Viva!
