Acapulco militarizada
y la violencia sigue
Arturo de Dios Palma, Jesús Guerrero y Emiliano Tizapa
El Ejército y la Guardia Nacional hace unos días tomaron el control del C4 de Acapulco, eso es un mal signo.
Los soldados asumieron el control pero hasta ahora no hay una explicación clara, como siempre, la decisión se mantiene en la oscuridad, lejos de la población. Sin embargo, hay cosas que resultan demasiado evidentes, obvias que no requieren tanta explicación para entender por qué el Ejército y la Guardia Nacional tomaron el control del C4 de Acapulco.
Hay tres explicaciones muy básicas. Una: la Federación desconfía del gobierno de la alcaldesa de Acapulco, la morenista Abelina López Rodríguez. Dos: la evidente infiltración de las organizaciones criminales que operan en el puerto en la Policía Municipal y, tres: que a 20 años de la estúpida guerra que declaró el ex presidente, el panista Felipe Calderón Hinojosa, en México no hay una estrategia de seguridad clara, estructurada y, mucho menos, lejana al proceso de militarización que sufre el país.
Desde hace años, en Acapulco opera una policía municipal más vinculada a los criminales que a los pobladores, una corporación que asesina, desaparece y roba a los ciudadanos en lugar de protegerlos. Es una policía que ningún alcalde o alcaldesa se ha atrevido a limpiarla, a dotarla de herramientas y a ponerla al servicio de la población.
Pero tampoco ningún gobernador o gobernadora ha tenido el interés de hacerlo, menos alguien del gobierno federal.
La inacción ante lo que sucede en la Policía Municipal de Acapulco es inexplicable. En el puerto se concentra el mayor número de pobladores en Guerrero, cerca de 800 mil, y por lo tanto, también ahí se conecta el mayor número de delitos y delitos graves como el homicidio doloso, la desaparición y la extorsión.
¿Por qué a nadie le interesa limpiar esa corporación? ¿A quién le conviene que la Policía Municipal esté abandonada, puesta al servicio de las organizaciones criminales? ¿Qué intereses prevalecen al tener a Acapulco convulsionado con tanta violencia? ¿Por qué permitir tanta violencia?
Ya son muchos los casos en que la Policía de Acapulco ha actuado como criminales y, aún así, nadie hace algo. Recordemos dos casos.
La madrugada del 30 de abril del 2022, en la playa Costa Rica, en la playa Icacos, una pareja de turistas proveniente del Estado de México, fue denunciada de escandalizar; al lugar llegaron tres agentes municipales, llamaron la atención a los turista y se fueron.
A los pocos minutos los agentes regresaron y les robaron 90 mil pesos a la pareja, en el forcejeo asesinaron a balas al hombre e hirieron a la mujer.
En ese momento, se supo del robo y el asesinato del turista pero no de los autores. Fue hasta que la Fiscalía General del Estado (FGE) los detuvo y un juez los vinculó a proceso, cuando se supo que los autores fueron policías municipales.
La alcaldesa se mantuvo en silencio, protegió a los agentes durante siete meses, porque resulta imposible que no supiera que fueron agentes municipales los asesinos del turista.
¿Por qué la alcaldesa los protegió? Si no los protegió, ¿entonces por qué no los entregó a la fiscalía? ¿Acaso no supo del caso? Si la alcaldesa no estaba enterada de lo que hacen sus policías es igual de grave que protegerlos.
El 5 de diciembre del 2018, cuando Acapulco era gobernado por la morenista Adela Román Ocampo, Jonathan Guadalupe Romero Gil y su amigo Carlos González Rojas regresaban de jugar fútbol en las canchas de la Crom, sobre la Costera Miguel Alemán, a la altura de la playa Tlacopanocha, en pleno centro de Acapulco.
Salían de las canchas cuando policías municipales se los llevaron. Carlos apareció muerto al día siguiente, con señas de tortura, de Jonathan hasta el momento no se sabe nada.
Desde ese 5 de diciembre, la madre de Jonatha, Socorro Gil no para de buscarlos. Por su cuenta ha investigado y todo indica hacia la policía.
Socorro logró conseguir un video donde se ve cómo policías arrojan desde una patrulla oficial el cadáver de Carlos. También ha pedido que se investigue al dueño del restaurante donde trabajaba Carlos, un comandante de la Policía Municipal.
La madre no ha recibido respuestas, sólo amenazas para que deje de buscar a su hijo.
Estos dos casos no fueron suficientes para someter a la Policía de Acapulco en una profunda investigación, menos para limpiarla o reestructurarla. Los gobernantes prefirieron que policías de ese tipo anduvieran en las calles.
En junio de este año, el secretario de Seguridad Pública de Acapulco, Eduardo Arturo Bailleres Mendoza, dijo que la Policía Municipal tiene un déficit de por lo menos unos mil 200 agentes. Dijo que cuentan con 920 policías para atender a toda la población, pero de estos 735 están certificados.
¿Qué se ha hecho para enfrentar ese déficit? Nada. Lo último que hizo la alcaldesa fue lo mismo de siempre, una acción más vinculada al espectáculo que una acción efectiva para fortalecer a la cooperación.
En abril del 2023, la alcaldesa anunció su estrategia de seguridad Fuerza Acapulco, donde presentó 100 patrullas que rentó a la empresa Casanova Vallejo de la Ciudad de México; el mismo gobierno de López Rodríguez informó que por la renta el ayuntamiento pagó 2.5 millones de pesos al mes. Muchas de las patrullas no eran nuevas y tenían muchas fallas mecánicas.
Pero, ¿Sirvió de algo la renta de las 100 patrullas? La realidad ha ido contestando crudamente: no.
Acapulco sigue sumido en la violencia, los homicidios no paran, las desapariciones son constantes y la extorsión asfixia a todos. Este 2025, los choferes del transporte público han sido uno de los blancos predilectos de los delincuentes y las autoridades han hecho poco o, casi nada, para detener los asesinatos y ataques al transporte público.
Pero volvamos al inicio. La toma del control del C4 por soldados del Ejército y la Guardia Nacional, aunque no se ha dicho, está fundada en la desconfianza contra la Policía Municipal.
En Guerrero, cuando el Ejército ha tomado los C4 o de plano la seguridad de los municipios es porque no confían en la policía. Acaba de ocurrir en Taxco. A casi un mes de que Mario Figueroa Mundo dejara la alcaldía, la Fiscalía General del Estado (FGE) junto al Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Estatal implementaron una operación en la comandancia de la policía de Taxco, detuvieron a 10 agentes, todos acusados de desaparición forzada y homicidio, entre ellos el subdirector de la corporación, Cristofer Guillermo Rodríguez. El secretario de Seguridad Pública de Taxco, Cristopher Hernández Cuevas, La Sombra, está prófugo.
Durante el gobierno de Figueroa Mundo esa ciudad se convirtió en un lugar de terror.
Era un secreto a voces la forma en que Figueroa Mundo llegó al poder. Se documentó cómo La Familia Michoacana presionó a decenas de comisarios y pueblos para que votaran por el ahora exalcalde. Eso tuvo un precio: durante la administración de Figueroa Mundo esta organización criminal endureció su presencia, estaba metida en casi todo. Tomaron el control de los productos de la canasta básica, impusieron los precios y su distribución.
Figueroa Mundo está prófugo, tras ser acusado por la fiscalía por desaparición forzada.
¿Qué está pasando en la Policía de Acapulco? La alcaldesa ha dicho que la toma del C4 por parte de Ejército en realidad no es una toma sino es parte de la coordinación entre el municipio y la Federación.
¿Quitándole recursos y herramientas al municipio es cómo se da la coordinación?
Ese argumento es falto, en la Policía de Acapulco están pasando bastantes cosas que las autoridades ocultan y que al mismo tiempo ponen en riesgo a toda la población.
Y además, que la Federación le quite recursos y facultades a las policías municipales no resuelve la inseguridad ni la violencia. Meter a los militares hasta en la sopa no es la solución, pacificar Acapulco, Guerrero y país se requieren de medidas más profundas y más eficaces.
Y eso está claro, en 2023, el ex presidente de la República, el morenista Andrés Manuel López Obrador, anunció que Acapulco sería vigilado por 10 mil soldados de la Guardia Nacional y que se construirían 20 cuarteles. ¿Qué ha pasado? Nada, el puerto sigue igual de inseguro.
En todo el país los gobiernos municipales y sus policías se convirtieron en el eslabón más débil. Pero ese proceso no ha sido casual, lo han ido debilitando con el paso de los días, de meses, de los años.
Los municipios y sus policías son los más cercanos a la población pero al mismo tiempo son los que menos herramientas tienen para resolver los problemas. En Guerrero, hay policías completamente desmantelados, sin ninguna capacidad para enfrentar el problema de la inseguridad. Las han desmantelado.
Es necesario que se fortalezcan las policías municipales por una razón: son las más cercanas a la gente y las que conocen en realidad el territorio. Fortalecer a las policías municipales significa armalas pero también investigarlas, capacitarlas pero también depurarlas, dotarlas de herramientas pero también castigar a todos los mandos y agentes corruptos.
Sin embargo, desde la Ciudad de México con necedad o con perversidad se ha impuesto cómo única estrategia la militarización. Y a nivel local la clase política ha sido incapaz de alzar la voz, de poner en la mesa una opción distinta que surja desde lo local.
¿Qué se lo impide? Su voracidad, su analfabetismo político, su talante corrupto.
Chirrionazo
Resulta que el ex morenista (ahora emecista), Sergio Montes Carrillo y el consejero morenista oriundo de Tepetixtla, Galdino Nava, denunciaron a Jacinto González Varona por campaña anticipada rumbo a 2027.
Montes Carrillo ya denunció en 2020 a su dirigente cuando seguía en las filas de Morena, al junior de la izquierda, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, quien por cierto este último ya se acercó con la líder nacional, Luisa María Alcalde Luján, para ver qué le va a tocar en 2027.
En 2020, Montes Carrillo logró que Sandoval Ballesteros bajara sus lonas y espectaculares de la supuesta entrevista fantasma que le hizo 99 Grados quien buscaba la candidatura a la gubernatura.
¿Podrá ahora Montes Carrillo bajar las lonas y hacer que borren las bardas de Jacinto González Varona que busca también la gubernatura?
Eso nos explica que los morenistas no aprenden nada, copian solo lo malo y lo peor es que González Varona se dice víctima de una campaña de golpeteo político y no reconoce su ambición que parece no tiene límites ni ley que le ponga freno.